jueves, 19 de junio de 2025

Porque M y mas traductores estan siendo cazados

 Hola a todos, aquí Siesta una vez más con nueva información para M y muchos otros traductores.

Primero que nada, quiero aclarar que no he traducido nada nuevo últimamente por las mismas razones que abordaré en esta entrada. Y como hoy M actualizó su situación, quiero echarle una mano explicando por qué Irodori Comics está detrás de varios grupos de scans.

Empecemos por el principio: Irodori Comics es una editorial que se dedica a traer manga japonés —especialmente doujinshi (manga hecho por artistas independientes)— al público de habla inglesa. Se especializan en ayudar a estos artistas a traducir y distribuir sus obras digitalmente para que más personas puedan conocer su trabajo.

¿Y por qué esto es relevante para nosotros?

Pues resulta que varios de los artistas cuyos cómics están siendo reportados y reclamados parecen estar afiliados a Irodori Comics, quizás buscando mayor notoriedad internacional. Y muchos pensarán: “Bueno, eso está bien… ¿pero en qué afecta esto a Ultra Lord o a nuestros blogs?”

Aquí es donde está la clave:

Por sí solos, los artistas japoneses rara vez pueden hacer algo para combatir la piratería en otros idiomas —especialmente si ni siquiera entienden ese idioma. Si el inglés ya les parece complicado, el español les resulta completamente ajeno (figurativamente, una pesadilla). Y ahí es donde entra nuestro rol como scans y traductores independientes: muchas veces, traducimos estas obras gratuitamente a un idioma que estos artistas nunca planeaban tocar.

El problema comienza cuando Irodori Comics decide que quiere expandirse hacia el público latinoamericano —https://eroeronews.com/irodori-comics-volvera-a-traducir-doujinshis-hentai-al-espanol/—. Y como toda buena empresa, cuando alguien amenaza su posible mercado (aunque sea con traducciones que jamás se han ofrecido oficialmente), saltan las alarmas y empiezan las cacerías.

Por eso nuestros blogs están siendo atacados.

Grupos como Nectar, Iwashitta, Higari Popura y otros —ya sea por buscar protección para sus obras o por querer mayor relevancia— parecen estar vinculados con Irodori Comics. Y aunque sabemos que la mayoría de estas obras jamás serán traducidas oficialmente al español, la editorial reclamará cualquier cosa que caiga bajo su control, por si las dudas. Porque quién sabe, tal vez dentro de 15 años sí publiquen esa traducción oficial… y entonces quieran venderla.

Ahora bien, si ustedes buscan algunas obras de Nectar, Iwashita o Higari Popura, tal vez se den cuenta de que han desaparecido por completo de muchos sitios. No importa si la traducción era sin fines de lucro, o si era el cómic original apenas editado para limpieza y traducción: muchas de estas obras fueron eliminadas de múltiples plataformas.

¿La razón? La cacería.

Y aquí es donde se complica el asunto: no sabemos qué artistas están afiliados —o podrían afiliarse en el futuro— a Irodori Comics. Ese es el verdadero peligro. A diferencia de autores como Taniguchi-san o Date, quienes nunca se molestaron por las traducciones no oficiales y cuyas obras siguen disponibles a pesar del tiempo, estos nuevos artistas, al firmar con una editorial, ya no tienen el mismo control sobre la distribución de sus obras.

Y esa editorial, Irodori Comics, sí tiene el poder legal y comercial para eliminar contenido, incluso si se trata de una traducción hecha por fans, sin lucro alguno, con la única intención de difundir el trabajo del autor.

Y no se van a tentar el corazón.

Por eso, una vez más, quiero dejarles algunos consejos para evitar que sus blogs desaparezcan de la noche a la mañana, y con ellos, todo su trabajo y esfuerzo, borrados por una arbitrariedad como esta.

Recomendaciones para proteger tu blog de traducciones

  1. Evita usar nombres exactos en los títulos y archivos

    • Usa abreviaciones, iniciales o nombres clave. Ejemplo: en lugar de “Higari Popura - [Título]”, pon algo como “HP - Título Alternativo”. Así evitas que los sistemas automáticos detecten contenido fácilmente. incluso pon el nombre en español para que sea complicado de detectar por sistemas en ingles

  2. No pongas los enlaces de descarga directos en el mismo blog

    • Utiliza servidores externos o canales privados para compartir los archivos. De ser posible, haz que el acceso sea limitado por contraseña o mediante solicitud previa.

  3. Ten siempre una copia de respaldo

    • Guarda tu contenido (entradas, archivos, imágenes) en una nube privada o en disco duro externo. Si tu blog desaparece, al menos no perderás el trabajo.

  4. Evita subir obras de artistas afiliados o sospechosos

    • Si un autor tiene contenido publicado por Irodori Comics, mejor no lo traduzcas. No vale la pena arriesgarte a que te bajen todo por una sola obra. (puedes revisar la pagina oficial de irodori comics para informarte que autores estan afiliados)

  5. Crea una red de confianza

    • Trabaja con otros traductores o fans para compartir avisos, reportes de obras reclamadas y experiencias. Estar informados es la mejor defensa.

  6. No dependas solo de una plataforma

    • Publica en más de un lugar o crea canales alternos (como Discord, Telegram, etc.) donde tus lectores puedan encontrarte si tu blog principal desaparece. Publica tu trabajo de inmediato en paginas "grises" pues en algunas ultra resistentes que no nombrare aunque sean borradas en la "pagina mas grande" se mantendran en la pequeña esto sucede porque muchas son espejos directos de lugares como ex

  7. Pon un aviso legal claro

    • Aunque no es una garantía, dejar claro que tu trabajo es sin fines de lucro, y que los derechos pertenecen a los autores, puede ayudarte a mostrar buena fe si alguna vez necesitas apelar algo.

por último, dejo una serie de portadas de algunos cómics que, hasta donde tengo conocimiento, pertenecen a autores que actualmente trabajan con Irodori Comics. Esta lista no pretende ser definitiva, pero puede servir como referencia para que otros traductores eviten posibles reclamaciones o la eliminación de contenido. Recuerden: la prevención es nuestra mejor herramienta, sobre todo cuando las reglas del juego ya no las pone el autor, sino una editorial con derechos de distribución internacional.








Para rematar esta historia, no está de más recordar una pequeña joya del pasado: el ex CEO de Irodori Comics, On Takahashi, conocido por su intensa campaña contra la piratería de manga, terminó envuelto en una polémica bastante irónica.

En 2020, salieron a la luz acuerdos y trabajos suyos como traductor para grupos pirata, en especial para el grupo Shinmai Maou, famoso por compartir contenido sin autorización y lucrar con él. Sí, así como lo lees: el mismo tipo que condenaba públicamente a quienes “dañaban la industria” estaba, en secreto, cobrando por traducir contenido pirata. Cuando se descubrió, se apresuró a borrar rastros, eliminar su nombre de los créditos y hacer control de daños en Discord. Pero ya era demasiado tarde.

Así que ya lo saben: si alguna vez sienten que sus traducciones sin fines de lucro son inmorales, piensen que el mayor enemigo de la piratería en el mundo del doujinshi... simplemente cobraba por hacerlo él mismo.


Claro, la diferencia es que él lo hacía con ética. Porque cuando cobras por traducir piratería, ya no es piratería… es localización profesional, ¿no?

Y bueno… después de todo esto, solo queda hacerse una última pregunta inocente:

¿Y si el nuevo CEO y ese tal Eric, tan eficientes a la hora de borrar blogs y perseguir traducciones, tuvieran sus propios grupos de scans pirata? Ya sabes, de esos que sí cobran, pero que milagrosamente no son tocados por las cacerías.

Porque si ya vimos que el anterior CEO hacía exactamente eso —decía una cosa mientras traducía para piratas—, no sería tan descabellado pensar que la nueva administración quiera limpiar el camino de traductores gratuitos para no afectar el negocio. Digo, no es censura si lo hacen por dinero, ¿no?

Quizás, en el fondo, lo que más molesta no es la piratería…
sino que alguien más lo esté haciendo gratis.

Mas actualizacion que pude traer para dar mi mayor apoyo a M haise y varios mas, al parecer Fakku tambien esta detras de esto y me habia olvidado y vaya maldita casualidad taniguchi san esta afiliado a ellos posiblemente solo con fakku como distribuidor asi que tengan cuidado con lo que traducen pues al parecer fakku anda en esas epocas donde tambien quien fastidiar a todos 

aunque el unico comic con el que podrian tener problema con taniguchi es este


Púes es un comic publicado en comic bavel que al parecer es publicacion de fakku aun asi tengan cuidado una vez mas con lo que traducen ahorita que las editoriales parecen andar de fastidiosas}
Por ultimo en una pequeña averiguacion rapida pues no encontraba el comic que fue bajado de la pagina de haise me di cuenta que es este 
Y aunque no todos los trabajos de konkit son publicados por Fakku creo que haise tuvo la mala suerte de que justo el tradujo la parte body swap de este comic y por eso fueron por el


martes, 17 de junio de 2025

Enciclopedia TG - Body Farms (peticion incluida)

 Perdona a la persona que pidio esto pero sinceramente queria que tu peticion enjara organicamente con algo asi que aqui la tienes espero te guste y si no es lo que esperabas porfavor dimelo :D

Body Farms (Granjas de Cuerpos)

Las Body Farms son instalaciones clandestinas operadas principalmente por la organización criminal Swappifieds, aunque también existen células menores, más marginales o autónomas. Representan uno de los aspectos más oscuros y temidos del mercado negro del intercambio de cuerpos, funcionando como almacenes, centros de explotación y laboratorios para la manipulación de cuerpos humanos.

Funcionamiento General de las Body Farms

Almacenamiento de Cuerpos Sin Alma

La mayoría de los cuerpos en estas granjas estan "vacíos": cuerpos vivos, biológicamente funcionales, pero sin alma. Esto ocurre por diversos motivos:

  • Extracción directa del alma mediante métodos ilícitos (como el ADR o cápsulas de extraccion altamente avanzadas).

  • Intercambios forzados con almas en blanco, usadas como contenedores sin identidad.

  • Desalojos por medios tecnológicos o rituales de alto nivel, aún poco comprendidos.

También existen cuerpos con almas retenidas contra su voluntad. Estas víctimas están atrapadas, conscientes pero sin control, mantenidas en suspensión hasta ser vendidas, intercambiadas o utilizadas para otros fines aún más oscuros.

Condiciones y Tratamiento de los Cuerpos

Los cuerpos son mantenidos en estado estable pero tratados como activos biológicos, no como personas.

  • Se les conserva en crioestasis, cápsulas de suspensión o celdas selladas.

  • Reciben cuidados mínimos: hidratación, nutrición artificial, control estético y sanitario básico.

  • No hay estimulación cognitiva ni emocional. Se evita cualquier forma de reactivación del alma.

  • Su belleza, rareza o juventud determina su valor en el mercado.

Usos en el Mercado Negro

1. Venta Ilegal

Los cuerpos son subastados o vendidos en acuerdos privados.
Clientes ricos, figuras públicas o criminales pueden adquirirlos para:

  • Escapar de sus propias vidas.

  • Obtener juventud, belleza o un nuevo estatus social.

  • Usarlos como sustitutos o esclavos corporales.

  • onaholes o juguetes sexuales 

  • "Regalos"

2. Intercambios Ilícitos

Sirven como moneda de cambio en transacciones entre mafias, contratistas corruptos o entidades estatales.
Algunos cuerpos se usan como "garantías" en tratos turbios, similares a fichas de casino humano.

3. Explotación y Usos Alternos

  • Entretenimiento extremo: utilizados como avatares en experiencias inmersivas o simulaciones ilegales ademas de la tradicional prostitucion y su formato protitucion swap.

  • Servidumbre corporal: cuerpos habitados temporalmente por "clientes" que los alquilan por horas o días en general para fines pervertidos.

  • Experimentos extremos: modificados genéticamente, intervenidos quirúrgicamente, o fusionados con tecnología aunque esto es mas raro pues la mayoria prefieren "cuerpos naturales".

  • Algunos se destinan a rituales oscuros o proyectos secretos de manipulación identitaria.

Acceso y Seguridad

Seguridad Ultra Secreta

  • Las Body Farms están altamente protegidas y completamente ocultas por la milicia personal de swappifieds: en islas remotas, instalaciones subterráneas o bajo fachadas legales (como sanatorios o laboratorios).

  • Sistemas de defensa autónomos, protocolos de autodestrucción y criptoseguridad limitan el acceso.

Clientes Exclusivos

  • Solo acceden los ultrapoderosos: magnates, políticos, mafiosos, celebridades encubiertas.

  • También pueden entrar personas comunes, si logran endeudarse, ofrecer un cuerpo en pago, o hacer pactos irreversibles.

Se rumorea que algunos gobiernos corruptos protegen o incluso colaboran con estas operaciones para controlar disidentes, eliminar testigos o experimentar con nuevas formas de control social.

El Núcleo de Energía: El Destino de las Almas

Pocas personas saben que, más allá del tráfico de cuerpos, las Body Farms también extraen almas.

Gracias a varias tecnologías prohibidas basadas en el Daemon Ritus y derivados similares o tecnologias extremadamente avanzadas desarrolladas por varios cientificos o incluso robadas a gobiernos, las almas humanas son convertidas en energía pura, almacenadas en cápsulas especiales que sirven como baterías vivas.

  • La instalación subterránea conocida como El Núcleo alberga miles de cápsulas de condensación de alma.

  • Las emociones extremas (miedo, angustia, tristeza) amplifican el rendimiento energético de cada alma.

  • Estas almas no están muertas, sino atrapadas en bucles de conciencia, sin poder escapar.

  • La energía generada es la que mantiene viva toda la infraestructura de las Body Farm: luces, criocámaras, campos de seguridad, incluso IA defensiva.

"Mientras el cuerpo se convierte en objeto, el alma se convierte en recurso. Nada se desperdicia."

Mitos y Leyendas

Las Body Farms son mencionadas en foros clandestinos, confesiones de excriminales o diarios encontrados en condiciones aterradoras.
Algunos rumores incluyen:

  • Presencias extrañas o "residuos conscientes": manifestaciones espectrales de almas que intentan huir.

  • Cuerpos que rechazan a sus nuevos ocupantes, generando Cu-De (Cuerpos Desobedientes).

  • Almas que se filtran por el sistema, provocando accidentes paranormales o posesiones aleatorias.

  • un evento mundial conocido como "alt-shift" o algunas instancias conocidas como role exchanger

Las Body Farms son consideradas el último círculo del infierno en el universo del intercambio corporal.
Nadie quiere hablar de ellas, pero todos temen terminar allí.
Para muchos, son una amenaza real, un destino posible si se juega con fantasías peligrosas, como el Swap Tinder, el FOSE, o contratos turbios de identidad ademas de las constantes caserias de varios grupos de swappifeds  qye constantemente "cosechan" cuerpos.

No hay retorno para quien cae en una Body Farm.
Ni siquiera como alma.

Lamayo tenía miles de seguidores en Instagram y unos cuantos cientos más que la veían en vivo cada vez que hacía streaming. Con 23 años, una estética oscura perfectamente curada y una actitud firme, era una figura conocida en la escena alternativa de Cúcuta y sus alrededores. Su estilo, entre gótico urbano y melancolía elegante, le había conseguido un nicho fiel.

Días antes, durante una transmisión casual, alguien mencionó la vieja mansión de Chinácota en el chat.
—“No vayas allá, Lamayo”, escribió uno.
—“Dicen que la gente desaparece si se queda mucho rato”.
—“En serio, esa vaina está maldita. A una prima mía le pasó algo ahí.”
—“No metas con eso pa' una foto.”

Ella se rió.
—“Ay, dejen el show. ¿No ven que eso son puros cuentos viejos?”
Lejos de asustarse, tomó el rumor como una idea estética. Oscura. Perfecta.
Una sesión de fotos en una mansión abandonada, supuestamente embrujada.
El engagement se dispararía.

El día elegido cayó con una niebla espesa. A propósito, fue sola. No quería interrupciones, ni gente asustada a su alrededor. Iba vestida de negro, labios vino oscuro, delineador marcado. Caminó hasta el sendero que llevaba a la casona. Su celular cargado, su trípode a la mano. Empezó a grabar algunas historias para sus seguidores.

—“Para los que me dijeron que no viniera, pues ya estoy aquí. Y miren qué linda está esta casa. Me muero si no me tomo unas buenas fotos.”

La mansión se alzaba como una reliquia corroída. Ventanas rotas, pintura descascarada, techos vencidos. Todo ideal para su estética “dark artist”.

Lamayo colocó su celular, activó el temporizador, y comenzó a posar. Cambiaba de ángulo, corregía el encuadre. Revisaba los resultados. Sonreía.

Lo que no sabía era que no estaba sola.

Desde el bosque cercano, alguien la observaba. No desde el misterio espiritual, sino con la precisión de quien vigila una mercancía antes de tomarla. Era real. Estaba cerca. Sabía quién era ella, qué hacía, cómo se movía. Esperaba el momento justo.

Lamayo seguía tomándose fotos en la entrada de la casa cuando sintió algo. Apenas un cosquilleo en el cuello, como si un insecto le hubiese picado. Llevó la mano al lugar, confundida.

—“¿Qué...?”

Y entonces, todo empezó a desdibujarse. Las luces, el viento, el suelo. Su cuerpo se debilitó de golpe. Dio dos pasos torpes antes de desplomarse sobre la tierra húmeda.

El celular aún grababa.
Su figura quedó tirada en el marco perfecto de la cámara.
Y del bosque, finalmente, alguien se acercó.

La cámara tembló levemente al captar su caída. Su rostro quedó ladeado, su mirada perdida entre la confusión y el sopor. Aún grababa.

Entonces, una figura cruzó el encuadre.

No se detuvo. No miró al lente. Solo extendió una bota negra, pesada, y aplastó el teléfono con un solo y certero pisotón. La pantalla se quebró en un sonido sordo. La transmisión se detuvo para siempre.

Tomó el cuerpo de Lamayo con una facilidad casi clínica. En brazos, como si cargara un maniquí. La niebla envolvía todo, y con pasos seguros se adentró por la entrada principal de la mansión.

Dentro, el deterioro era tan real como las leyendas: paredes carcomidas, alfombras húmedas, retratos desfigurados por el tiempo. Pero no se detuvo en el vestíbulo ni en los cuartos.

Lo que buscaba estaba más abajo.

Pasó por una puerta trasera disfrazada de trastero, quitó una lámina podrida, y reveló una trampilla reforzada con cerraduras electromagnéticas. La abrió con un código. Fría tecnología escondida bajo años de polvo. Bajó las escaleras lentamente, con Lamayo inconsciente aún en brazos.

El sótano no era lo que parecía.

Ya no había rastro de abandono, sino iluminación artificial, estructuras metálicas, tubos de contención. Era una instalación subterránea oculta, mantenida viva por recursos y propósitos invisibles para el mundo. Las paredes exudaban un orden quirúrgico. En cada cápsula, cuerpos. Femeninos en su mayoría. Hermosos, perfectos… y vacíos. Algunos respiraban. Otros simplemente estaban. Congelados en una espera sin conciencia.

La figura colocó a Lamayo sobre una camilla.

Una pantalla cercana se activó automáticamente. Su rostro fue escaneado. Datos aparecieron. Edad, talla, masa muscular, índice de viralidad en redes. Cliente asignado: pendiente.

Un pitido agudo confirmó la estabilización.

Lamayo ya no era una influencer, ni una joven gótica de Cúcuta. Para la base de datos de la instalación, ahora era simplemente:
ACTIVO N° 712 – Condición: Preparación inicial. Estado del alma: desconectada.

Y mientras en la superficie la mansión seguía proyectando su imagen de ruina encantada, abajo, en el sótano oculto, el engranaje de la Body Farm había sumado un cuerpo más a su inventario.

Instalación Subterránea – Nivel 2: Unidad de Separación de Conciencia

La camilla se deslizaba suavemente sobre rieles magnéticos. Un brazo mecánico sujetó el cuello de Lamayo con firmeza milimétrica mientras una luz blanca recorría su cuerpo, escaneándola desde los pies hasta el cráneo.

En la pared, la pantalla se actualizó automáticamente:

ACTIVO N° 712
Nombre asignado: Lamayo (registro externo detectado)
Estado: En proceso de separación
Valor estimado: Alto
Prioridad de conservación: Crio-extasis Nivel 1

Una compuerta se abrió. La camilla se introdujo en una sala más pequeña, completamente hermética. El aire cambió de densidad. Un zumbido sordo empezó a retumbar en las paredes, intermitente y vibrante.

Lamayo no despertó. Pero su mente... sí.

Dentro de su conciencia, una niebla densa parecía tragarse todo recuerdo. Quiso moverse. No pudo. Su cuerpo no respondía. Su alma comenzaba a temblar, a deslizarse, a despegarse como si algo invisible la succionara desde la base del cráneo. No era dolor... era peor. Era desarraigo.

Un cilindro metálico descendió del techo. Una aguja luminosa, sin contacto físico, apuntó directo a su frente.

Proceso de extracción iniciado.
Separación de red neurosensorial 31%... 57%... 84%...
Conciencia primaria desacoplada.
Estado mental encapsulado: TEMPORAL – sin acceso sensorial.

Un frasco esférico se iluminó en el centro de la sala. Goteó una especie de luz líquida, irreal. Era Lamayo. Su alma. O lo que quedaba de ella, encapsulada, desorientada, suspendida en una sustancia especial para preservar la estabilidad espiritual durante el almacenamiento.

Un brazo robótico la colocó en un compartimiento sellado y la etiquetó:

ALMA N° 712-A
Estado: En contención pasiva.
Destino: Evaluación – Redistribución o Desactivación.

Mientras tanto, su cuerpo —joven, terso, perfectamente conservado— fue retirado de la camilla y transportado a otro módulo.

Las paredes allí estaban cubiertas de cápsulas verticales, como ataúdes transparentes bañados en luz azulada. Algunos cuerpos eran visibles. Todos femeninos. Ninguno mayor de 25 años. Bellezas exquisitas, detenidas en un sueño sin alma.

Una cápsula se abrió con vapor. Ingresaron el cuerpo de Lamayo cuidadosamente. Los sensores ajustaron la temperatura, los niveles de hidratación y la postura anatómica ideal para preservación a largo plazo.

CUERPO 712-B
Clasificación: Premium / Influencer Latina / Modelo Visual-Estético
Estado: Criostasis Activa
Tiempo de conservación estimado: 99 años
Solicitudes previas: 3 (Pendientes de revisión)

El vidrio se selló con un suspiro congelante.

Y así, Lamayo dejó de existir como sujeto libre. Su alma flotaba prisionera en una cápsula de contención, y su cuerpo ahora era una mercancía, un objeto de deseo frío y valioso, alineado entre decenas de otros tesoros robados.

Desde la sala de control, una figura encapuchada observó los datos. Hizo una anotación en un archivo con el símbolo de Swappifieds.
Luego, en voz baja, murmuró:

—Otro diamante más para la colección.

Las cápsulas de criostasis se alineaban como estatuas mortuorias. Cada una era un pequeño ataúd tecnológico: sellado, estéril, frío. Silencioso. En una de ellas, el cuerpo de Lamayo dormía. Piel perfecta, expresión neutral. Su belleza parecía aún más sobrehumana sin alma que la animara.

En la sala contigua, una mesa proyectaba hologramas de cuerpos disponibles. Un cliente conectado de forma remota navegaba entre los modelos. La interfaz mostraba etiquetas según características físicas, edad, nacionalidad y demanda cultural.

Uno de los hologramas se iluminó con una alerta sutil:

CUERPO DISPONIBLE: ID 712-B
Origen: Colombia
Edad física: 23 años
Estado: Criostasis óptima
Valor: Ultra Premium
Notas: Influencer activa (redes aún funcionales)
Estilo: Alternativo, urbano, atractivo visual con alta interacción

El cliente —un coleccionista asiático que operaba desde una isla privada— observó con detenimiento. Dio vuelta al modelo 3D con un gesto de su mano.

—Linda… muy natural —murmuró—. Aún más valiosa si se mantiene con su red activa.

La voz del operador, al otro lado de la línea, respondió con tono profesional:

—Podemos mantener sus redes simuladas activas durante seis meses más antes de que se detecte alguna anomalía. Se está usando un software de posteo autónomo. Su “influencia digital” sigue generando interacciones.

—Perfecto. Manténganla en frío. Estoy dispuesto a pagar extra si puedo usarla sin alma, sin recuerdos, en el entorno que estoy preparando. Quiero probarla antes de decidir si la implanto con un nuevo huésped.

—Entendido. Procederemos a iniciar el protocolo de desbloqueo limitado. Solo motoras básicas, cero cognición.

En la sala de criostasis, un código se activó. La cápsula de Lamayo emitió un susurro neumático. La tapa se abrió lentamente. Vapor frío se derramó al suelo. El cuerpo reaccionó con un pequeño espasmo involuntario.

Un líquido cálido comenzó a recorrerle las venas artificialmente. Estaba viva. Pero vacía.

Ojos abiertos. Pupilas dilatadas. Respiración mínima. Estaba despierta, pero no consciente. Como una marioneta sin hilos. Su cuerpo obedecería comandos básicos, caminaría, se movería, incluso posaría. Pero no sentiría. No sabría quién era.

El cliente observó a través de una cámara remota. Lamayo estaba de pie ahora, desnuda, sin voluntad, sin juicio. Su postura era perfecta. Su expresión... ausente.

—Hermosa —susurró—. Pónganla en reserva para entrega discreta. Asegúrense de que nadie la haya solicitado antes.

El operador dudó unos segundos.

—Hay… dos interesados más. Uno quiere usarla para contenido erótico VR simulado. El otro, para un trasplante de conciencia permanente. Ambos están dispuestos a competir.

El cliente sonrió.

—Entonces suban la puja. Quiero ver hasta dónde llegan. Pero si algo sale mal… ya saben a quién deben entregarla.

La transmisión se cortó.

Mientras tanto, el cuerpo de Lamayo era devuelto a su cápsula, con sus músculos relajados y los ojos cerrándose lentamente. Aún no había sido adjudicada, pero su destino ya no le pertenecía.

Era solo cuestión de tiempo.

La subasta del cuerpo etiquetado como ACTIVO 712-B duró menos de 10 minutos.

El comprador: Víctor Sanabria, 42 años, empresario colombiano con negocios turbios, gusto obsesivo por las influencers y una vida real sumamente gris. Era un hombre sin carisma, sin atractivo, pero con una fortuna que le permitía comprar lo que otros solo podían mirar.

Lo había decidido desde que vio el archivo de Lamayo:

“Es ella. No quiero una parecida. No quiero una reconstruida. Quiero esa piel, esa voz, esa historia de Instagram.”

Su intención no era simplemente habitar el cuerpo. Quería ser Lamayo, tomar su identidad completa y volver a brillar bajo su rostro.
Una fantasía oscura que no tenía cabida en el mundo legal… pero completamente viable en el subsuelo donde operaban las Body Farms.

Preparación del cuerpo – Estado: Óptimo para Reemplazo

  • Criostasis finalizada

  • Belleza conservada sin daño

  • Nivel de reconocimiento social: medio-alto

  • Perfecta para “reingreso” controlado a la red

Mientras tanto, el cuerpo de Víctor, deteriorado y anónimo, sería desechado sin ceremonia alguna. Nadie notaría su ausencia. Nadie lo extrañaría. Una vida miserable a cambio de una fachada perfecta.

Procedimiento de Transferencia

Ambos cuerpos estaban acostados sobre camillas frías. El operador no hizo preguntas. Solo siguió el protocolo.

Lamayo seguía con sus ojos cerrados. Respiraba por maquinaria. Su mente original, desconectada y aislada, sin acceso a su cuerpo.

Víctor estaba completamente desnudo, repitiéndose a sí mismo:

“Voy a ser ella. No por un rato. Para siempre.”

Cuando activaron el sistema de transferencia, las ondas sincronizaron el patrón cognitivo de Víctor con el sistema neural de Lamayo. La sensación fue breve pero intensa, como un estallido sin dolor. En segundos, él ya no estaba en su cuerpo original.

Lamayo (ahora con el alma de Víctor) abrió los ojos. Respiró hondo. Miró sus manos, sus piernas, sintió el peso ligero y armonioso del cuerpo perfecto que había comprado. Se sentó y bajó la vista a su reflejo en una bandeja metálica.

Mierda… lo logré.
Sonrió. Su voz era suave, juvenil, la misma que había oído cientos de veces en videos.

Se levantó con torpeza al principio, adaptándose al nuevo equilibrio. Luego caminó con la naturalidad aprendida durante meses viendo y memorizando los gestos de la influencer.
Ahora era ella. En papeles, en redes, en apariencia… y pronto, también en memoria.

Un asistente le entregó el celular nuevo, con las redes sociales ya sincronizadas. Publicó un video.

“¡Hey! Sé que estuve desconectada, pero ya estoy de vuelta, mis amores. ¿Me extrañaron?”



Miles de vistas. Corazones. Comentarios. Todos creyéndolo.

Nadie lo sabía, pero Lamayo ya no era Lamayo.
Y su cuerpo perfecto caminaba por el mundo con otro dueño dentro.

Último Procedimiento: Acoplamiento Total

Antes de abandonar la instalación clandestina, Víctor—ahora con el cuerpo de Lamayo—fue guiado a una sala blanca, limpia, sin ventanas. El aire olía a desinfectante y a control.

Dos operarios, sin rostro bajo sus visores, le entregaron una bolsa negra. Dentro estaban las ropas originales de Lamayo:

  • Su top negro con diseño alternativo

  • El pantalón entallado que acentuaba su figura

  • Los collares con estética dark

  • Y su celular destruido, ahora reemplazado por un clon funcional con acceso a sus redes sociales.

“Es un símbolo. Para que termines el proceso de fusión con la identidad adquirida,” dijo uno de los técnicos, como si leyera de un manual.

Víctor se vistió en silencio. La tela se sentía diferente… no por el material, sino porque ahora pertenecía a él.
Era su cuerpo. Su voz. Su reflejo.

Se sentó una última vez en la camilla, y un casco de transferencia fue colocado sobre su cráneo. Este proceso, más invasivo que el inicial, conectaba las redes neuronales profundas con el nuevo cerebro, activando acceso completo a los reflejos, hábitos motrices, emociones residuales y microexpresiones faciales del cuerpo original.

No era una simple posesión.
Era una fusión invisible. Un camuflaje perfecto.

Víctor se estremeció al sentir cómo su propia conciencia dejaba de luchar contra el cuerpo y empezaba a integrarse como si siempre hubiese estado allí. Al terminar el procedimiento, abrió los ojos con una mirada distinta. Más natural. Más segura.

“¿Ya?” preguntó, con la sonrisa exacta de Lamayo.

El técnico asintió.
“Ya. Desde ahora, eres ella en todo sentido observable.”

Víctor caminó hacia la salida con paso firme, los tacones resonando en el corredor metálico. Un espejo le devolvió su imagen: una joven colombiana de 23 años, famosa en Instagram, adorada por miles, admirada por su estética oscura y misteriosa.

Al pasar la última puerta, la inteligencia artificial del sistema registró el egreso:
ACTIVO 712-B – RETIRADO | DESTINO: Reintegración social.

Detrás de él, las puertas se cerraron.
Y en lo profundo del sótano…
el alma original de Lamayo seguía atrapada.

Silenciosa. Inútil. Olvidada.

Muy por debajo del nivel principal de la instalación, más allá del sótano donde reposaban los cuerpos en crioextasis, existía una zona prohibida conocida solo como El Núcleo.

Allí no había luces decorativas, ni paredes blancas. Solo un profundo zumbido mecánico, el sonido de máquinas vivas que nunca se detenían.
En este espacio, las almas robadas eran almacenadas.

Energía Humana: La Verdad Oculta

Cada cápsula era una especie de prisión luminosa. No había barrotes, pero dentro de ellas podían verse figuras humanas espectrales retorciéndose como si intentaran gritar, sin sonido.
Una interfaz digital mostraba datos técnicos en tiempo real:

  • ID de alma

  • Nivel de carga

  • Estabilidad emocional

  • Ciclo de extracción energética

Porque sí: las almas humanas eran drenadas.

No destruidas.
No liberadas.
Sino exprimidas constantemente para generar una corriente eléctrica pura, inestable pero extremadamente poderosa. Era una tecnología prohibida, anterior a cualquier civilización conocida.
Se decía que provenía de un artefacto perdido, algo llamado Daemon Ritus o algún derivado.

El Alma de Lamayo – Núcleo 56

La cápsula 56 brillaba más que las otras. Su energía era intensa, casi inquietante. Técnicos comentaban que esa alma tenía una "resistencia emocional anormal", lo que la convertía en una fuente de poder más potente y constante.

Lamayo, o lo que quedaba de ella, estaba allí. Suspendida en un bucle de conciencia sin cuerpo, confundida, atrapada en fragmentos de memorias, sin entender por qué no podía moverse, gritar ni tocar.

No estaba sola.
Miles de otras almas latían en la oscuridad, alimentando silenciosamente toda la infraestructura.

Comentario Interno del Sistema

Informe técnico [Red Interna | Clasificación: Confidencial – Nivel Omega]

  • Energía generada por alma humana supera en 40% cualquier fuente nuclear estable.

  • Las emociones extremas (dolor, miedo, desesperanza) incrementan la conductividad y estabilidad del flujo.

  • Riesgos conocidos:

    • Fugas de conciencia.

    • Manifestaciones residuales (apariciones, posesiones parciales).

Recomendación: no liberar ningún alma sin previa eliminación total.

Así funcionaban las Body Farms en su nivel más secreto: no solo robaban cuerpos.
Robaban la esencia misma.
Y las usaban como baterías vivas para alimentar su impunidad.

miércoles, 11 de junio de 2025

Enciclopedia TG - Agua de Daemon Ritus (ADR)

Que curioso, me he dado cuenta que he creado mas conceptos de los que recordaba jaja pero bueno aqui los dejo con otro concepto creado por mi llamado

Agua de deamon ritus 

❖ Descripción General

La Agua de Daemon Ritus (ADR) no es solo una sustancia prohibida: es una leyenda viva, un susurro en los foros ocultos, una herramienta sagrada y maldita en igual medida. Rara, volátil y carísima, pero paradójicamente siempre al alcance de quienes menos deberían tenerla. Circula por los rincones más oscuros del mercado negro, en rituales ocultos y plataformas como Swappifieds, donde se intercambia por criptomonedas, favores carnales o cuerpos aún sin usar. Su mera mención incomoda a gobiernos, cuerpos científicos, sectas, y degenerados por igual.

❖ Origen y Mitología

Su historia se enlaza directamente con los horrores de Spooky Island, donde criaturas demoníacas, lideradas por Scrappy-Doo, extraían protoplasmas humanos para alimentarse o poseer cuerpos. En el centro de ese plan infernal se encontraba el Caldero de Almas, y sobre él, el artefacto maldito conocido como Daemon Ritus.

Tras la derrota de Scrappy y la caída del esbirro Zarko, el caldero fue volcado accidentalmente, derramando al mundo un líquido que no era agua: era vida robada, voluntad encapsulada, esencia parasitaria. Así nació lo que hoy se conoce como Agua de Daemon Ritus.

Aunque su origen exacto sigue siendo un misterio, se sospecha que el ADR es una manifestación corrupta del alma colectiva, un residuo tóxico de miles de esencias atrapadas y liberadas al mismo tiempo.

❖ Apariencia y Naturaleza Física

  • Color: Turquesa denso, con un fulgor interno que parece flotar y contorsionarse como humo atrapado en agua.

  • Textura: Fluido como el agua, pero más denso. En grandes cantidades se agita solo, como si "respirara".

  • Reacciones: Al contacto con la piel humana, genera un cosquilleo eléctrico seguido de una sensación de vacío interior.

  • Inercia Viva: Reacciona a la presencia de organismos vivos. Se activa incluso con el aliento, el sudor o las lágrimas.

❖ Propagación y Reproducción

El ADR es un parásito líquido.

  • Al mezclarse con cualquier otra fuente de agua —una alberca, una cañería, una botella— convierte parte de esa masa líquida en más ADR.

  • Cuanto más pura el agua, más rápido se propaga.

  • En cuerpos de agua pequeños (jacuzzis, botellas, charcos), su efecto es casi total y permanente. En grandes masas (ríos, océanos), se diluye pero puede permanecer activo durante semanas.

Nada lo detiene: ni el cloro, ni la sal, ni los metales pesados.

❖ Efectos sobre Humanos y Animales

El contacto directo —ya sea por piel, mucosa o ingestión— causa la expulsión inmediata del protoplasma, el alma.

  • El alma se separa del cuerpo sin dolor físico, pero con un grito mudo que solo los “sensibles” afirman oír.

  • El protoplasma queda flotando cerca, visible como una silueta vaporosa de luz turbia para quienes hayan tenido contacto previo con ADR.

  • A diferencia del evento en Spooky Island, los protoplasmas expelidos por ADR no se vuelven caóticos: pueden ser contenidos, guiados, o atrapados.

  • Cualquier recipiente de vidrio puede conservarlos temporalmente.

⚠️ Advertencia: Si un protoplasma no se contiene o no posee un nuevo cuerpo a tiempo, se desvanece. Lo que muere no es el cuerpo, sino el alma.

❖ Usos y Aplicaciones Ilícitas

  • Robo de Cuerpos: Muy utilizado en fiestas universitarias o eventos clandestinos para capturar cuerpos jóvenes y atractivos.

  • Transferencias Consensuadas: Algunas personas lo usan como forma “artesanal” y rápida para intercambiar cuerpos, eludiendo clínicas Swap o procesos legales.

  • Tráfico de Protoplasmas: Redes criminales capturan almas y las venden junto con cuerpos, como un combo de lujo.

  • Experimentación: Desde el incidente en Spooky Island, se ha comprobado que un protoplasma puede “revivir” cuerpos con muerte cerebral. Algunos incluso aseguran haber visto cuerpos podridos moverse de nuevo.

❖ Contramedidas y Protección

  • Artefactos de Anclaje: Objetos mágicos o tecnológicos que supuestamente anclan el alma al cuerpo. La mayoría son placebo o fraudes… pero unos pocos funcionan. Su origen está ligado a culturas ya desaparecidas o traficantes de objetos místicos.

  • Sueros Anti-ADR: Desarrollados por gobiernos y farmacéuticas. Algunos bloquean temporalmente los efectos, pero generan amnesia, insensibilidad emocional y, en ocasiones, desdoblamiento del alma. La mayoría han sido prohibidos.

❖ Riesgos y Peligros

  • Contaminación Masiva: Una sola gota puede provocar un evento catastrófico si alcanza un sistema hídrico urbano.

  • Protoplasmas Errantes: Sin cuerpo ni contención, muchas almas flotan buscando un recipiente que poseer. Algunas han entrado en muñecos, animales… incluso cadáveres.

  • Cuerpos Vacíos: Muchos cuerpos vacíos quedan funcionales por varios meses incluso años. Se han reportado casos de “cuerpos sin alma” que caminan, sonríen, y responden… como si recordaran algo esto se a relacionado al fenomeno Cu-de.

❖ Conexiones y Cultura Subterránea

  • Swappifieds: ADR es el método predilecto de muchos "Traders". Usado en productos conocidos como soulshots, en fiestas llamadas Rain Parties, donde se rocían cuerpos jóvenes al azar, creando orgías de identidades rotas y cuerpos vacios .

  • Body Banks: Han implementado cámaras anti-ADR y pruebas químicas aleatorias. También se rumorea que algunos bancos capturan protoplasmas para subastarlos en secreto.

El Agua de Daemon Ritus no es solo una sustancia. Es una tecnología oscura. Una entidad líquida. Un error que se volvió herramienta. Sus propiedades desdibujan los límites entre cuerpo y alma, entre deseo y consentimiento, entre lo humano y lo demoníaco. Usarla es cruzar un umbral sin retorno.

Quien lo hace… ya no es la misma persona. A veces, ya no es una persona en absoluto.

Es un liquido tan especial que todos sus usos no han sido descubiertos y hay reportes de que este liquido puede ser usado de mas maneras aun sin saber cual es su alcanze final

Aqui la historia que lo creo todo :D 

El caso de Misterio a la Orden hizo de las suyas en todo el mundo,durante dias y dias cientos de noticias salieron fue un gran escandalo mediatico, el deamon ritus fue completamente ocultado de las manos de cualquiera y nadie supo jamas donde estaba, los casos de personas que pudieron adueñarse de los cuerpos de otros eran un secreto a voces, anecdotas que las personas escuchaban por aqui o por haya, pero nadie sabia nada, nadie decia nada, solo 1 caso documentado por las autoridades se habia dado, y la persona habia sido enjuiciada en un caso que se transmitio por internet a cualquiera que quisiera verlo, por robo de cuerpo el acusado podia ser puesto a la sombra durande muchisimos años, pero no exisistia la ley o siquiera un escrito donde se marcara eso como delito por lo que la corte y la fiscalia no pudieron hacer absolutamente nada, miles de personas que estaban en el stream mirando sintieron rabia, celos y demas cantidad de sentimientos al ver a ese maldito irse con el hermoso cuerpo de la chica a la que se lo habia robado,

Los padres de ella lloraban pues su hija ya no exisistia aunque lo  que si exisitia era su cuerpo y era ocupado por un extraño.

La vida fue algo extraña durante un tiempo y los rumores se apasiguaron muy rapidamente, asi que mis amigos y yo planeamos una escapada a algun lugar, eramos algo frikis pero conseguimos hacernos de un plan, estaba iriamos a una piscina local a disfrutar de una tarde de chicos. planeamos hacerlo entre semana para evitar tanta gente y tener una linda tarde para nosotros con la piscina practicamente sola.
unos dias antes busque algunos instrumentos para hacer mejor nuestro viaje, busque hieleras, sombrillas, sillas de playa, algunos refrescos,E.T.C y mientras buscaba en facebook algun colchon inflable en esos grupos de venta de objetos, me llego un mensaje privado de una persona.
De primeras su nombre me parecio raro, aparte de que no tenia imagen de perfil y tenia bloqueado el mismo, quise cerrar el chat, al final era un extraño que me habia contactado de la nada, pero no queria ser grosero ni nada por el estilo asi que intente hacerme el tonto

Ese dia le dije que si a ese sujeto, ese dia fui al banco a hacer un deposito, y 24 horas despues ya tenia esa agua en mis manos junto con algunas instrucciones.

"Hola amigo, gracias por tu compra, esta agua es magica, las propiedades del daemon ritus estan en ella, lo unico que tienes que hacer es vaciar este vial en una fuente de agua y esperar, lo que pasara es una sorpresa que se que te gustara y recuerda guardar un poco para ti . SOLO UNA ADVERTENCIA NO TE METAS AL AGUA. PD:frota un poco del agua en tu mano y podras ver el espectaculo"

Mis amigos llegaron un rato despues de que me habia llegado mi compra no le dije nada a nadie, y solo guarde el pequeño vial en mi mochila,el dia transcurrio como si nada, tuvimos una tarde divertida, comimos tomamos, jugamos nadamos y fue solo hasta que busque mi ropa para cambiarme y ya solo relajarme en lo que mis demas amigos seguian nadando cuando senti el vial en la mochila.
lo tome en mis manos y comenze a inspeccionarlo, parecia agua aunque era mas cristalina, casi eterea "bueno nada pierdo con intentar, solo me dijo que vertiera y pusiera un poco en mi mano? suena muy simple la verdad pero bueno
Destape el vial y por instinto lo olfatee, no olia a nada,"sera solo agua" pense, pero nada perdia intentando si su historia era cierta y estuvo en el incidente de misterio a la orden de que servia que tuviera un poco de agua en el caldero?, simplemente no lo entendia, pero abria que intentarlo, me frote una gota en la mano, ese dia por suerte y al ser un dia entre semana habia mas que jovenes y algunas señoras que tenian el tiempo libre seriamos unos 50 en toda la piscina, por lo cual cuando vacié el vial me senti muy mal, que tal y era un veneno o alguna porqueria que le diera alguna enfermedad a esa pobre gente pero sobre todo a mis amigos, hundido en mis pensamientos y en un estado de culpa, note que el agua comenzó a brillar era un tono verdoso,
"oye tu no ves el agua verde o si?" mi amigo me vio raro y solo me ignoro haciendome un gesto de que estaba loco.
"Bueno creo que solo esperare a ver que pasa", dicho esto no tuve que esperar mucho tiempo para ver algo increible, una chica de unos 20 años que estaba viendo pues era muy sexy, decidio salir de la piscina la observaba fijamente pues me quede embobado con su hermosa figura, cuando comenzo a salir vi el espectaculo que me habia prometido el vendedor extraño, vi como su alma comenzo lentamente a ser arrastrada fuera de su cuerpo, su cuerpo seguia moviendose pues su alma aun no estaba por completo fuera, y luego la separacion ocurrio, su cuerpo cumplio la ultima orden que tenia y en cuanto salio del agua se derrumbo sin un alma, algunas personas que se dieron cuenta de la chica tirada en el borde de la piscina se asustaron 

"oye muchacha esta bien? que te pasa? porque no respondes" fueron algunas de las cosas que algunas señoras desde dentro de la piscina le preguntaban. un par de sus amigas se preocuparon cuando no despertaba y intentaron salir a ayudarla, el proceso que vi fue el mismo. su almas como hilos de plata fluian fuera de sus cuerpos arratradas hacia el agua donde al darse cuenta de que sus almas estaban fuera de sus cuerpos empezaban empezaban a dar vueltas desesperadas por no saber que pasaba. 
Cuando la gente se dio cuenta de la situacion pensaron que alguien habia hechado algo raro a el agua, algun veneno o sustancia toxica, al parecer por la profundidad del agua y lo turbia que estaba por el alboroto nadie notaba las almas de las chicas en el agua, lo siguiente que paso fue algo un poco tonto, aun con el "peligro en el agua," algunos padres saltaron a sacar a sus niños, el salvavidas comenzo a gritar ordenes y salto a sacar a todo el que pudiera, yo no me inmute, recorde la nota, "creo que gracias al agua que frote en mi mano puedo ver esto" pense, y segui sin moverme para nada, viendo como todos y cada uno de los incautos que salian del agua perdian su cuerpo en el proceso, 10 minutos despues, habia 50 cuerpos vacios alrededor del la piscina, hombres,mujeres, niñas, niños, todos ellos como cascarones vacios, podia ver con claridad las almas de esas personas nadando descontrolados, podia escuchar levemente sus gritos desesperados, sus cuerpos estaba sin un alma sin alguien que los reclamara, y mis mas bajos instintos fluyeron, la situacion era obvia y al ver que el agua era real, supe para que me la habia dado ese tipo misterioso, mi cuerpo se tenso por unos minutos, un fuerte escalofrio paso por mi espalda antes de levantarme y dirigirme hacia dos chicas que estaban tiradas a un lado de la piscina,
unos lindos cuerpos vacios, que comenze a observar, y minutos despues haciendome a la idea comenze a tocar, sintiendo con las yemas de mis dedos la sueve carne de sus senos, la tersa piel de sus piernas, la sedocidad de su cabello, probando la calidad de los mismos, y asi fui uno por uno haciendo pruebas cada vez mas pervertidas, 
pasando de solo tocar ciertas cosas, a poner esos cuerpo en poses eroticas o quitandoles la ropa poco a poco,
Con cada cuerpo que tocaba y examinaba sabia lo que hacia, estaba juzgando la calidad de los mismos, la calidad de mi futuro cuerpo, tenia muchas posibilidades para iniciar mi nueva vida y nadie podia detenerme, podia examinar a profundidad cada cuerpo, podia juzgar la calidad de cada uno para obtener el mejor el que pareciera mas lindo, mas sensible, mas acorde a lo que yo queria, lo habia comprendido todo y sabia que ese pequeño trago que de debia dar a lo poco que quedaba del agua era para poder iniciar mi nueva vida, despues de casi 15 minutos tocando cuerpos, y disfrutando un poco de los mismos, me decidi por uno, tome el agua del vial y senti como mi alma de inmediato era expulsada de mi cuerpo, viajando hacia arriba sintiendo el extraño sentimiento de solo ser un alma sin cuerpo, y dirigiendome al cuerpo que yo queria volando hacia arriba sintiendo el aire en mi ectoplasmico ser y los segundos que parecieron minutos se terminaron, mi alma porfin entraba en mi nuevo cuerpo, como una flecha entro entre los pechos de mi nuevo cuerpo, lo que hizo que este se retorciera, y pareciera convulcionarse por unos segundos, y despues una oscuridad que termino al abrir mis nuevos ojos y dar una profunda inhalacion, aire mesclado con un lindo y rico aroma a cereza, tarde un poco en incorporarme, la realidad ya era otra distinta y sin pensarlo mucho me levante y a duras penas comenze a caminar, con un nuevo centro de gravedad tome o mejor dicho robe algunas mochilas con ropa de mujer me puse algunas prendas y sali corriendo a mi apartamento,


comenze a explorar las mochilas y a vaciarlas, hasta que me acerque a una bolsa roja, y comenze a explorar, "Siii que suerte tuve," sostenia frente a mi una pequeña cartera, mientras veia lo que tenia dentro, era la identificacion de este cuerpo, su direccion, informacion valiosisima como que ahora mi nuevo nombre era Fatima, 

era algo un poco exitante, algo diferente, podia ser que mi nuevo cerebro tambien actuara un poco distinto pero los elogios y el sentirme linda y querida estaba creando en mi un sentimiento de placer y satisfaccion, regrese mi vista a algunas de las mochilas y bolsas que habia robado y comenze a ver toda esa ropa linda que las chicas por lo regular usaban, era magnificas, sus colores, sus formas, su olor, todo era diferente, pues si fuera de chicos olerian mal, a sudor, serian mas asperas, mas simples, pero eso ya no era para mi, 

Le di la direccion donde vivia, la verdad no lo pense mucho, mi agradecimiento era mas grande que cualquier cosa, nisiquiera se me paso por la mente que podria secuestrarme o algo asi, solo queria darle el nuevo tesoro de mi cuerpo a quien me lo habia dado, a quien habia hecho posible que ahora yo fuera fatima.
La exitacion comenzo inundar mis pensamientos, si las imagenes del porno eran reales, tenia que estar listo para cuando el llegara, por lo que comenze a masturbarme, lo hize furiosamente, pues el placer femenino era algo que ahogaba todos mis valores y he inhibiciones que me hubieran hecho detenerme, nada podia parar, mis dedos, penetrando arduamente mi vagina, y tampoco mi otra mano acariciando de una forma muy agresiva mi clitoris, ni dios mismo podria haber parado los gritos que salian con mi nueva voz, la exitacion que se convertia en gemidos, y los ruidos de mis jugos de amor chorreando por mis piernas, mientras hacian exitantes sonidos, pasados algunos minutos sono el timbre, y segundos despues escuche como tocaban la puerta, sabia quien era asi que pare todo aquello inundado por el deseo de ser penetrada, de un buen pene entrando a mi vagina dando todo el placer que solo el sexo me podria dar, el sentimiento da saber que todo aquello era robado me hizo temblar mientras me dirigia a la puerta.....



jueves, 5 de junio de 2025

Tinder swap "Como liza baez regalo su cuerpo"

 Liza baez era una figura querida en internet. Con más de veinte millones de seguidores, era una de las influencers más grandes alzandose rapidamente entre los “famosos”. Su fama no venía de escándalos ni de mostrar de más: lo suyo era el carisma, la simpatía, esa energía que hacía sentir bien a cualquiera que la viera. Aunque era naturalmente atractiva, Liza nunca se consideró lo suficientemente voluptuosa o provocativa como para atraer stalkers o fanáticos obsesivos. Sus seguidores la querían por quién era, no por cómo lucía.

Por eso aceptó con tranquilidad una nueva campaña promocional con Tinder. El acuerdo era sencillo: debía instalar la app, mantener su cuenta activa y dar "like" a algunos seguidores al azar durante un par de semanas. Todo en la versión clásica de Tinder. Nada raro.

Pero había un problema del que ya se hablaba en ciertos rincones turbios de internet: Tinder swap. Una función oculta, peligrosa, y—según muchos—ilegal, que se activaba dentro de la misma app. Si dos personas se daban "match" con esa opción encendida, sus cuerpos se intercambiaban de inmediato. Lo aterrador era que, según decían, la función podía activarse sola.

Liza, siempre precavida, revisaba todos los días que Tinder swap estuviera desactivado. Nunca fallaba. Sabía que había riesgos y no iba a permitir que un simple desliz comprometiera su cuerpo o su campaña.

Durante 20 días todo fue normal. Revisaba el estado de la app, daba sus "likes", hacía algunos "matches", y veía cómo sus seguidores explotaban de felicidad al recibir atención directa de ella. Todo era parte del plan.

Hasta que, en el día 21… cometió un error.

No revisó.

Fue un olvido momentáneo, un descuido insignificante en apariencia.

Y mientras tanto, a kilómetros de distancia, en lo alto de un cerro, alguien más estaba deslizando "likes" como loco mientras miraba fotos y se tocaba.

Valeriano.

Un hombre mayor, de manos temblorosas y mente torpe para la tecnología. Llevaba menos de un mes con su primer teléfono celular, un regalo de un sobrino que vivía en la ciudad. Apenas sabía usarlo, pero había aprendido lo básico de cualquier macho que tiene por primera vez internet: buscar chicas buenotas en internet y desde que descubrió tinder por accidente deslizar fotos en Tinder.

Lo hacía todos los días.

No con esperanzas reales de conocer a nadie.

Sino para mirar fotos de chicas jóvenes, guapas, exuberantes… y hacer cosas turbias que prefería mantener en secreto pues aunque el era un hombre solitario pues su maria habia muerto hacia ya tiempo tambien tenia una imagen que mantener. Nunca había hecho un "match". Ni siquiera sabia que era eso. Solo miraba. Solo imaginaba. Solo deseaba.

Hasta que ese día… lo imposible ocurrió.

Apareció el perfil de Liza baez.

Y sin saberlo, aquel viejo verde estaba a un desliz de robar el cuerpo de una de las mujeres más populares del país.

Había sido un día largo.

Liza baez se dejó caer en el sillón de su departamento, aún con el maquillaje algo corrido y el cansancio acumulado en los hombros. Tenía el celular en la mano, como siempre. Las notificaciones no paraban, pero ya estaba acostumbrada a vivir con ese ruido de fondo constante.

Abrió Tinder por inercia. Era parte de la rutina.

Deslizar unos cuantos perfiles, dar like a seguidores seleccionados por el equipo de campaña, sonreír con ternura cuando alguno reaccionaba con un mensaje emocionado. Todo normal. Todo dentro de lo planeado.

Lo que no hizo —por primera vez en trece días— fue revisar que Tinder swap estuviera desactivado.

Un simple gesto que todos los días realizaba casi de forma automática, pero que hoy olvidó. Tal vez por el cansancio. Tal vez por la rutina. Tal vez por confiarse demasiado.

Y fue entonces, entre un mar de perfiles, el primero que aparecio parecia uno más.

No tenía foto clara un señor mal enfocado feo y tomandose una clasica foto de viejo verde en internet viendose desde abajo por una extraña razon.

Solo un rostro borroso, una mala iluminación: Valeriano, 67 años, a menos de 100 km.

Liza ni siquiera lo notó del todo.

Sus dedos se movieron por costumbre.

Deslizó a la derecha. Like.

Y con ese gesto inocente, casual, sin la menor conciencia de lo que hacía… le había regalado su cuerpo a un viejo verde.

A kilómetros de distancia, en una casa polvosa de madera y lámina, perdida entre cerros, Valeriano estaba en su cama, revisando Tinder con torpeza.

Hasta que su teléfono vibró.

"¡Tienes un match!"

El corazón del viejo dio un pequeño brinco. Frunció el ceño. ¿Qué chingaos es eso?

Apretó con dificultad la notificación.

Y allí estaba. Una chica joven, hermosa, de sonrisa fácil y bonita. No recordaba haberla visto antes. No entendía muy bien qué significaba "match", pero si el teléfono decía que ella lo había elegido primero… ¿qué perdía?

—Pos bueno… —murmuró con una risita pervertida mientras tocaba la pantalla con su dedo grueso—. Vamos a ver qué pasa…

Y presionó el botón de regreso.

Match confirmado.

En ese instante, la tragedia empezó.

Una luz antinatural comenzó a salir de ambos celulares. Una energía extraña, más brillante y viva de lo que cualquier tecnología podría generar. Pero para entonces, ya era demasiado tarde para cualquiera de los dos.

Liza no lo sabía.

Pero su cuerpo ya no le pertenecía.

El celular vibró en sus manos.

Liza, medio adormecida por el agotamiento del día, ni siquiera reaccionó. Era una notificación más, una de tantas. Lo último que pensó fue otro seguidor feliz antes de dejar el teléfono sobre la mesa de centro.

Pero entonces la habitación comenzó a cambiar.

Primero, la luz.

Una intensidad blanca y viva empezó a irradiar desde su teléfono. No era normal. No era la pantalla encendida. Era algo que no pertenecía a este mundo. Un resplandor que no proyectaba sombras, como si desafiara las leyes físicas. Era tan brillante que dolía a los ojos.

Liza se incorporó de golpe.

—¿Qué carajos…?

Y antes de poder decir algo más, lo sintió.

Una presión invisible tirando de su pecho, de su columna, de su interior. Como si una fuerza sobrenatural intentara arrancarla desde dentro. Liza jadeó, cayó de rodillas, y miró sus propias manos… que ya comenzaban a desvanecerse.

No de forma metafórica. Literalmente. Su cuerpo seguía ahí, pero su conciencia estaba saliendo de él. Se vio a sí misma desde fuera, por primera vez. Su cuerpo seguía arrodillado frente al sofá, con los ojos en blanco, completamente inmóvil.

Y ella… flotaba.

Translúcida.

Desnuda de cuerpo, de carne, de identidad. Un alma separada.

Intentó volver. Intentó gritar. Trató de extender la mano hacia su propio rostro, como si pudiera meterse de nuevo a la fuerza.

Pero era inútil.

El teléfono brilló más fuerte aún, y entonces ocurrió lo imposible.

Fue absorbida.

Su alma fue jalada hacia la pantalla como si esta fuera un portal, una trampa, una boca. Todo se volvió blanco. No sintió dolor. Solo confusión, vértigo… y vacío.

Muy lejos de ahí, en la humilde casa de Valeriano, el viejo apenas y entendía qué estaba viendo.

Su celular también brillaba. Demasiado. Se alarmó un poco, murmuró groserías en voz baja, penso que era algo del diablo y se echó para atrás en su cama.

Y luego, le pasó lo mismo.

Su cuerpo se congeló. Su alma fue arrancada. Gritó por dentro, pero no sabía ni cómo reaccionar. En cuestión de segundos, también fue tragado por la luz. El aire en su cuarto se volvió espeso, como si el mismísimo universo contuviera el aliento.

Dos cuerpos quedaron quietos.

Dos teléfonos dejaron de brillar.

La conexión ya se había completado.

Valeriano abrió los ojos de golpe.

El techo no era el suyo.

Era blanco, limpio, sin grietas ni manchas de humedad. El aire olía a vainilla y shampoo caro. Y lo primero que pensó fue: ¿Dónde carajos estoy?

Se sentó de un brinco —aunque no fue un brinco cualquiera. No fue el movimiento torpe y dolorido de un viejo que arrastra los huesos. No. Fue ágil. Ligero. Como si su cuerpo pesara menos de la mitad de lo que recordaba.

Parpadeó.

Miró sus manos.

Eran pequeñas, suaves… y femeninas.

—¿Qué…? —La voz que salió de su garganta no era suya. Aguda, limpia, joven.

Valeriano se puso de pie de inmediato, tambaleándose. La habitación lo desorientó por completo: paredes azuladas, luces LED en forma de corazón, un aro de luz como los de las mujeres que miraba en tik tok, un tocador lleno de maquillaje, una repisa con perfumes, velas aromáticas. Todo lo contrario a su cabaña polvorienta.

Sintió algo rozarle la cara y bajó la vista: un mechón largo de cabello castaño claro cayó sobre sus ojos. Lo apartó torpemente, notando la textura, el olor.

Fue allí cuando empezó a entender.

—¿Qué chingados… me pasa?

Se miró las piernas: suaves, delgadas nada demaciado sorprendente. El abdomen plano. El pecho… ¡el pecho!.

Se tocó de nuevo, esta vez con ambas manos, pasmado sintiendo de inmediato la sensibilidad de “su pecho”.

—¿Estoy soñando?

No.

Corrió por la habitación, como si esperara encontrar una salida secreta que lo devolviera a su casa. Lo único que encontró fue una puerta corrediza. La abrió.

Y entonces lo vio.

Un espejo de cuerpo completo.

Se acercó lentamente. El reflejo le devolvió la mirada confundido.

Una muchacha joven, hermosa pero algo rarita, con los ojos bien abiertos de sorpresa. Cabello lacio cayendo sobre los hombros. Piel clara, sin una sola arruga. Labios rosados, entreabiertos. Sin aliento.

—Es… es la del Tinder —murmuró.

Sí. La reconocía.

Era la chica que le había dado Match. La que él había aceptado sin pensar, por pura calentura de viejo solitario.

Pero ahora… era ella.

No entendía cómo. No entendía por qué. Pero esa era la verdad que el espejo le escupía sin piedad.

Y lo peor es que, mientras trataba de negar la realidad, una parte de él… empezaba a disfrutarla.

Por un largo momento, Valeriano no dijo nada.

Solo observó.

Miraba el espejo con ojos abiertos, fijos, como si el reflejo pudiera romperse en cualquier instante. La chica del otro lado respiraba al mismo ritmo que él pero sus nuevos pechos se alzaban en lugar de su pecho cuadrado por el cambo. Sus movimientos eran perfectamente sincronizados. No había duda. No era una broma. No era un sueño. Era suya. El era ella.

Ese cuerpo… era suyo.

Y entonces, casi sin que pudiera evitarlo, los labios de aquella chica comenzaron a curvarse lentamente. Una sonrisa, primero incrédula. Luego torcida. Cargada de una emoción que hacía décadas no sentía con tanta fuerza: deseo.

—Santa madre… —susurró con la voz dulce que ahora le pertenecía—. Esto es real. Esto es real, carajo…

Su respiración se aceleró. El corazón palpitaba fuerte, pero no por miedo. Era excitación. Una emoción nueva en un cuerpo que no conocía, pero que respondía de forma explosiva. El simple hecho de moverse, de sentir cómo rebotaba el cabello en sus hombros, cómo la tela suave de la pijama rozaba su piel, lo volvía loco.

Su mente —ya de por sí torcida por años de soledad y represión— comenzó a imaginar. Escenarios. Posibilidades. Cosas que podría hacer. Cosas que ahora podía hacer, sin que nadie lo detuviera.

—Me la regaló… —musitó, riendo bajo, con voz apenas audible—. Me regaló este cuerpo.

Y entonces, sin pudor, se pasó la lengua por los labios. Los sintió suaves, humectados. Perfectos.

Miró de nuevo al espejo. Ya no con sorpresa. Ya no con miedo.

Sino con lujuria. Con posesión.

Ese era su cuerpo.

Y pensaba aprovecharlo.

Valeriano no se despegó del espejo.

Se acercó más, como si quisiera meterse dentro. Estudió cada centímetro de ese rostro que ahora le pertenecía: los ojos grandes, el brillo en las pestañas, la simetría perfecta de la nariz, la suavidad de los pómulos. Estaba embobado. Era como tener enfrente a una muñeca… solo que él era esa muñeca.

Levantó una mano y la deslizó por su mejilla. Su piel era tan suave que se estremeció. Abrió los labios, se miró los dientes perfectos, blanquísimos, y soltó una risita que jamás habría salido de su boca original.

—Qué cuerpo, carajo… —susurró con asombro mientras giraba sobre sí mismo, dejando que su cabello se moviera al ritmo del giro.

Torpe, pero curioso, se desabotonó la blusa que llevaba puesta, revelando un brasier elegante. Su respiración se agitó. No era por vergüenza. Era el vértigo de lo prohibido, del poder. Como pudo y con dificultad se quito el brasier retirando esa tela estorbosa lo bajo lentamente poco a poco, revelando su torso desnudo. Sus nuevos pechos pequeños pero, firmes y redondos, se alzaban ante él. O ante ella. Ambos eran reales y eran los primeros que miraba en un largo tiempo.

Sus manos se posaron sobre ellos, y un gemido suave escapó de sus labios. Dios, la sensación era abrumadora. Sus yemas rozaban los pezones, que ya se endurecían bajo el tacto. Un escalofrío recorrió su espalda, y las piernas le flaquearon levemente. Era como si cada roce fuera una descarga eléctrica, una conexión directa con su placer más íntimo.

—¿Así se sienten? —dijo mientras exploraba con manos temblorosas, a medio camino entre el respeto a lo desconocido y el deseo más crudo y primordial de un hombre que tiene a sus disposicion algo como eso.

Se miró de perfil, de espaldas, de frente otra vez. Cada ángulo del cuerpo nuevo lo fascinaba. Se acercó más al espejo, presionó su rostro contra el vidrio. Cerró los ojos y se besó los propios labios reflejados como si estuviera adorando una obra sagrada.

Sin pensarlo dos veces con la nueva excitacion juvenil que ahora tenia, se quitó la ropa por completo, dejando su cuerpo desnudo frente al espejo. Su mirada bajó, recorriendo cada centímetro de su nuevo ser. Sus curvas, su cintura estrecha, sus caderas. Y más abajo, entre sus piernas, donde el calor comenzaba a acumularse, insoportable un poco de humedad asomaba.

Sus manos descendieron, rozando su vientre, Acariciando los muslos, hasta llegar al lugar que ahora lo consumía por completo. Los dedos se deslizaron por sus labios, y un gemido más fuerte escapó de su boca. Estaban húmedos. Muy húmedos. Y calientes. Su tacto era suave, pero el deseo que despertaba en  “ella” era feroz. Es mío. Ese pensamiento lo volvía loco de excitación.

Con un movimiento firme, introdujo un dedo dentro de sí, y su cabeza cayó hacia atrás. Un jadeo escapó de sus labios, y su cuerpo se arqueó levemente. Era diferente. Era más intenso. Más profundo. Su dedo se movió dentro de ella, y el placer comenzó a acumularse en su abdomen, como una ola que crecía y crecía sin parar pero el debia soportar, queria mas, aquella pequeña accion de solo meter su dedo dentro de su nuevo sexo lo estaba volviendo loco pero aunque queria mas, tambien queria saber mas. asi que se detuvo

Después exploró el cuarto.

Cajones llenos de lencería, ropa interior limpia, productos que no comprendía, una colección de perfumes, brochas, maquillaje. Un mundo ajeno, delicado, casi mágico… y todo era suyo ahora.

Tomó un celular —el mismo que había activado el cambio—, y la pantalla se desbloqueó con el rostro que ahora poseía. No pidió PIN. No pidió nada. Reconocía su cara como la clave.

Dentro, un universo de apps. Nombres que no entendía. Pero las notificaciones no paraban: mensajes, likes, comentarios.

Un olor a madera vieja, humedad y tierra le llenó la nariz antes siquiera de abrir los ojos.

Liza se incorporó de golpe, con un quejido ronco que no era suyo. Su respiración se aceleró. Todo le dolía: la espalda, las rodillas, el cuello. Miró sus manos… arrugadas, huesudas, manchadas. Sintió pánico al instante.

—¿Qué… qué es esto? —murmuró con voz áspera, cascada.

Parpadeó rápido. Intentó levantarse de la cama, pero el cuerpo era pesado, torpe, torcido. Casi cayó. Su equilibrio estaba mal. Las piernas flaqueaban. Era como estar en un caparazón que no respondía como el suyo.

Corrió —o intentó correr— hacia un espejo pequeño, sucio, colgado de una pared con grietas.

Lo que vio la dejó sin aire.

Un viejo. Un anciano. Calvo en las sienes, con arrugas profundas, barba mal rasurada y unos ojos apagados que ahora se abrían como platos.

—No… no, no, no… —se dijo. Dio un paso atrás, chocando con una mesa vieja. Miraba su reflejo con horror, negando con la cabeza—. ¡Este no soy yo! ¡Esta no soy yo!

Pero entonces lo sintió.

Una presión en la entrepierna. Un bulto. Algo duro que no tenía razón de estar ahí. El estómago se le revolvió. Bajó la mirada, y aunque no quería tocarse… lo hizo. Solo con los dedos.

Era real.

Y estaba emocionado.

Un temblor le recorrió la columna. Su propio cuerpo —el cuerpo que ahora tenía— estaba excitado.

El asco fue inmediato. aparto las manos apartó la mirada, jadeando.

—¡¿Qué demonios es esto?! —gritó con la voz rota del anciano.

Respiraba agitada, pero esa agitación solo aumentaba la sensación. El corazón le latía más fuerte. Las manos le temblaban. Su cuerpo viejo, torcido, sucio… parecía reaccionar por su cuenta. Como si tuviera una memoria ajena, un instinto sucio que ella no controlaba.

—¡Alguien… ayúdenme! —rogó entre lágrimas que empezaban a caer por un rostro que no era suyo.

Era prisionera.

No solo en otro cuerpo… sino en un cuerpo que la repugnaba.

Y, aún peor, que sentía cosas que ella no quería sentir.

Liza se dejó caer en la silla desvencijada al lado del espejo. El temblor en sus manos no cesaba. El asco, la incomodidad… todo seguía ahí, golpeándola con fuerza.

Trató de respirar hondo, de calmarse, pero cada inspiración traía consigo ese olor a viejo, ese sabor metálico en la boca, ese peso incómodo en el pecho. La piel le picaba. Le costaba moverse. Cada segundo era una tortura.

Fue entonces que vio el celular. Un aparato viejo, barato, con la pantalla cubierta por una mica de cristal estrellada en una esquina, tirado en el piso de madera despues del cambio. Se acercó a él con torpeza. Al tocarlo, se encendió.

No había clave pero si era muy diferente a su habitual galaxy mas “austero”.

—Vamos… algo… alguna pista… —murmuró con esa voz ajena, tosiendo entre frases.

Abrió Tinder.

La app se cargó lentamente, como si el teléfono apenas pudiera soportarla.

Y ahí lo vio.

"¡Felicidades! Has hecho Match con Liza baez."

El mundo se congeló.

—No… no puede ser…

Retrocedió la vista por las notificaciones. Un Like recibido. Luego un Match. Todo el mismo día tal vez solo con algunos minutos de diferencia. Exactamente cuando Liza, ella misma, había dado el like sin revisar si Swap Tinder estaba activado.

La sangre se le fue al rostro —o eso creyó, porque ni eso sentía igual. Le ardía la garganta. Estaba por vomitar.

—Ese viejo… ¡este viejo soy yo ahora!

Y entonces todo cuadró.

La luz en el teléfono. La sensación de ser absorbida. Su cuerpo inerte con los ojos en blanco. Había sido intercambiada.

—¡No! ¡NO! —gritó, tirando el celular al suelo, que esta vez si rompió un poco en una esquina.

Se abrazó a sí misma —a ese cuerpo—, como queriendo proteger lo que quedaba de su identidad. Pero no se sentía segura. Nada era suyo y al mismo tiempo todo lo era.

Se acercó de nuevo al espejo. Quería verse… y al mismo tiempo, no.

—¿Y entonces… ahora el… está en mi cuerpo? —dijo en voz baja, con los ojos abiertos como platos.

La idea le provocó arcadas.

Un viejo verde. Usando su cuerpo. Su rostro. Su sonrisa.

Su vida.

Se dejó caer de rodillas, desesperada, con los ojos llenos de lágrimas pero su cuerpo completamente ajeno seguia excitado.

—Tengo que volver… tiene que haber una forma…

Pero lo sabía.

Tinder swap no tenía opción de reversa.

Y con ese pensamiento, el vacío en su estómago se volvió insoportable.

Valeriano aun no sabía si estaba soñando o si finalmente la vida le había lanzado un último capricho antes del final tal vez ironicamente ahora tenia mas tiempo. Todo era demasiado suave, demasiado brillante, demasiado ajeno. A su alrededor, colores pasteles, luces cálidas, perfumes flotando en el aire como si respirara dentro de una nube.

Frente a él, cajones repletos de ropa ligera, diminuta, con texturas desconocidas para alguien como él. Tomó una prenda cualquiera, sin saber bien cómo se usaba, y la dejó caer sobre sus hombros tomo una falda y la subio por su piernas. Luego tomo otra prenda. Y otra. Ninguna combinaba, pero eso no importaba.



No lo hacía por estilo.

Cada tela que rozaba su nueva piel le devolvía una sensación electrizante, una mezcla de incredulidad y algo más difícil de nombrar. Se movía despacio por la habitación, casi en trance, como quien ha sido invitado a tocar un instrumento delicado por primera vez… y decide aprenderlo sin maestro.

Valeriano seguía frente al espejo, aún sin comprender del todo qué pasaba. El reflejo que lo miraba de vuelta tenía una expresión dulce, casi ingenua. No era lo que él esperaba, jamas abria pensado encontrarse en una casa como aquella, ni lo que sus manos temblorosas habían sentido al recorrer el rostro, el cuerpo y su nueva intimidad hace apenas unos minutos. La chica del espejo... no tenía el tipo de cuerpo que él solía mirar en los videos que encontraba por ahí en paginas “divertidas” como el las llamaba. No era exagerada, ni escandalosa, pero algo en ella —en esa piel suave, en la manera en que la ropa le caía con descuido perfecto, en ese gesto de “no rompo un plato”— tenía un efecto que lo dejaba mareado mas habiendo experimentado su cuerpo y sobre todo esa humedad que quedaba en cada prenda que se ponia.

Una prenda más, otra mirada sin verguenza a su nuevo ser. Se probaba cosas sin saber por qué, como si quisiera convencerse de que aquello era real. Era casi como disfrazarse, pero en lugar de risa, sentía un nudo en el estómago que no supo identificar.

Cuando se apartó del espejo, la habitación le recordó que no era su mundo. Pantallas, luces suaves, maquillaje, revistas. En una mesita vio un estuche con letras finas: “Liza baez”. No le sonaba. A lo lejos, un teléfono vibró. Lo tomó torpemente y la pantalla se iluminó con un mensaje que apenas supo leer:

“Confirmación: Intercambio permanente completado. El cuerpo de Liza baez ha sido asignado a usted. Gracias por utilizar Tinder Swap.”

Se quedó mirando las palabras como si fueran otra lengua. No entendía bien qué significaban, pero algo en esa frase le sonó definitivo. Era como un contrato, uno que él no recordaba haber firmado, pero que aceptaba sin entender y con obvia felicidad.

Avento el telefono contra la cama sin problema en ese momento el telefono nisiquiera importaba cuando tenia cuerpo nuevo. No sabía si era un error, un milagro o una trampa, pero tampoco le importaba. En ese instante, lo único que sabía era que esa chica del espejo —sea quien fuera— ya no existía como habia existido hasta ahora, y que él... él tenía una  oportunidad unica.

La pantalla del viejo teléfono vibró en sus manos torpes, aquellas que no se sentían como suyas. Liza apenas podía sostener el aparato, tan ajeno como lo era todo a su alrededor: la habitación rústica, el aire pesado de campo, el silencio que nada tenía que ver con el zumbido constante de su vida anterior.

Parpadeó. El mensaje apareció sin piedad:

“Confirmación: Intercambio permanente completado. El cuerpo de Valeriano Z. ha sido asignado a usted. Gracias por utilizar Tinder Swap.”

Las palabras eran tan frías como un veredicto. "Intercambio permanente". "Asignado a usted". Como si fuera un trámite cualquiera. Como si no acabaran de arrebatarle todo lo que era.
Liza dejó caer el teléfono, que golpeó el suelo con un ruido seco, casi insultante. Se quedó quieta, respirando con dificultad, como si el aire no supiera entrar bien en ese cuerpo. Su nuevo cuerpo,segun indicaba el mensaje.

—No... no puede ser —susurró, aunque no reconocía su voz. Grave, cascada, con ese temblor viejo.

El suelo parecía inclinarse. Se apoyó contra la pared, sintiendo el calor ajeno, el sudor, la piel curtida. Era demasiado. Todo era demasiado.

Volvió a mirar sus manos, sus brazos, sus pies. Le temblaban. Pero no de frío, sino de algo más profundo: el terror de saberse atrapada.

Ella sabía que debía revisar. Siempre lo hacía. Siempre. ¿Cómo se le había pasado? ¿Por qué ese día no?

—Fue un error —se decía una y otra vez, como si repitiéndolo bastara para anularlo—. No puede ser verdad. Esto no es real.

Pero el olor a leña, a humedad, a cuerpo ajeno... todo le decía que sí lo era. Que el error tenía nombre y forma, y que la estaba envolviendo entera.

Se derrumbó en el suelo, llorando con esa voz que no era suya, en un cuerpo que no respondía como el suyo. Y, en lo más hondo, una semilla amarga germinaba: la culpa. Por no haber revisado. Por haber hecho ese último Match. Por haber confiado.

Pero no era solo culpa. Era negación. Era rabia. Era el principio de una larga lucha interna contra una realidad que se negaba a aceptar.

Liza había intentado de todo. Había enviado correos, mensajes privados, incluso usado la cuenta de Valeriano para mandar audios —su nueva voz temblorosa, rota, apenas reconocible— pero nada surtía efecto. Nadie creía que aquella figura encorvada, de rostro desconocido y voz áspera fuera ella. Solo lograba burlas o bloqueos.
Una de sus últimas esperanzas fue escribirle a una vieja amiga del círculo de creadores. Le contó todo con cuidado, apelando a detalles que solo la verdadera Liza conocería. Pero la respuesta fue un golpe seco, inesperadamente cruel:

“A ver… ¿tú dices que eres Liza? Liza no sería tan tonta como para no revisar y regalarle su cuerpo a un viejo random. Buen intento.”

El mensaje quedó flotando en la pantalla. Liza lo leyó una vez. Dos. El tercer intento se lo impidieron las lágrimas.
Todo su cuerpo se sacudía, no solo por el llanto sino por la rabia, la impotencia, y ese nuevo cuerpo que no era suyo y que respondía torpemente a sus emociones. Se miró en un espejo rajado en la vieja casa de Valeriano y no vio más que una figura que no entendía.
—Esto no está pasando. Esto no puede estar pasando…
Pero el mensaje de Tinder Swap seguía ahí, iluminando cruelmente la pantalla como un recordatorio constante:

“Intercambio confirmado. Eres el usuario oficial del cuerpo: Valeriano Z. El proceso es permanente.”

Mientras tanto, en el corazón de la ciudad, Valeriano seguía descubriendo su nueva vida con un asombro silencioso. Había dejado el celular de Liza sobre la cama sin desbloquearlo. Las notificaciones se acumulaban: correos, alarmas, publicaciones pendientes. Todo eso no le interesaba. No entendía por qué alguien necesitaría tantas cosas.

Vestía lo que encontraba en el closet sin mucho criterio, combinaciones que hacían llorar a cualquier estilista, pero que a él le hacían sonreír frente al espejo. Esa era ahora su cara, su pelo, sus ojos. Lo demás… no importaba.

aleriano se detuvo frente al espejo, su respiración aún agitada por la última ráfaga de placer que había experimentado. Sus ojos, ahora grandes y expresivos, recorrían cada centímetro de su reflejo. Este cuerpo… este cuerpo perfecto, pensó, sintiendo cómo su pulso se aceleraba solo con la idea de poseerlo.

—No puedo parar —susurró, su voz dulce y temblorosa. Sus manos, ahora delicadas y suaves, se deslizaron por su cuello, sintiendo la suavidad de su piel. Era increíble cómo cada toque, cada roce, le producía una reacción tan intensa.

Se miró a los ojos en el espejo, y una sonrisa perversa se dibujó en sus labios. ¿Qué más puedo hacer? , se preguntó, sintiendo cómo su mente comenzaba a divagar hacia nuevos territorios de placer.

Decidida, Valeriano se quitó la blusa que llevaba, dejando al descubierto sus pechos, firmes y perfectos. Sus manos se posaron sobre ellos, y una oleada de placer la recorrió al sentir cómo sus pezones se endurecían bajo sus dedos.

—Joder… —murmuró, inclinándose ligeramente hacia adelante para observar mejor su reflejo. Sus dedos comenzaron a juguetear con sus pezones, masajeándolos, tirándolos suavemente, sintiendo cómo el placer se acumulaba en su vientre.

Y entonces, como si fuera una fuerza imparable, Valeriano se dejó llevar. Una de sus manos descendió por su vientre hasta llegar a su entrepierna, donde la humedad ya era evidente.

—Aquí es donde manda todo, ¿no? —musitó, sintiendo cómo su cuerpo respondía al más mínimo roce.

Con un movimiento lento pero decidido, introdujo un dedo en su interior, sintiendo cómo su cuerpo lo envolvía en una cálida humedad. Dios, esto es increíble, pensó, mientras su respiración se volvía más acelerada.

Miró al espejo mientras continuaba, viendo cómo su rostro se contorsionaba en expresiones de placer. Sus dedos se movían con más rapidez ahora, explorando, experimentando, buscando ese punto que lo llevaría al éxtasis.

—¡Más… más…! —gimió, sintiendo cómo el calor se acumulaba en su vientre.

Y entonces, como si supiera exactamente lo que necesitaba, Valeriano introdujo un segundo dedo, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía al ser penetrado más profundamente.

El placer era abrumador. Su mente se nublaba, y solo podía pensar en una cosa: quiero más… necesito más.

De repente, su mirada cayó sobre un objeto en la habitación. Un vibrador que había encontrado dentro de un cajón. ¿Por qué no?, pensó, sintiendo cómo su pulso se aceleraba solo con la idea.

Con movimientos rápidos pero torpes, debido a la excitación que la embargaba, Valeriano se acercó al vibrador y lo encendió. La vibración era suave pero constante, y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentirla en sus dedos.

—Qué bien se siente… —susurró, mientras llevaba el vibrador a su entrepierna.

El primer contacto fue electrizante. El dispositivo se posó sobre su clítoris, y Valeriano no pudo evitar dejar escapar un gemido. Dios mío, esto es increíble, pensó, sintiendo cómo su cuerpo respondía de manera explosiva al estímulo.

Con un movimiento lento pero decidido, comenzó a mover el vibrador en círculos sobre su clítoris, sintiendo cómo el placer se intensificaba con cada segundo que pasaba.

—¡Oh, sí… sí…! —gimió, inclinándose hacia adelante para apoyar una mano en la pared.

Su cuerpo temblaba al ritmo de las vibraciones, y su respiración se volvía más agitada. Estoy tan cerca…, pensó, sintiendo cómo el calor se acumulaba en su vientre.

Y entonces, como si fuera una explosión, el orgasmo la golpeó con toda su fuerza. Su cuerpo se sacudió, y un grito ahogado escapó de sus labios. El placer era tan intenso que sus piernas comenzaron a temblar, obligándola a apoyarse completamente en la pared para no caer.

aleriano se detuvo frente al espejo, su respiración aún agitada por la última ráfaga de placer que había experimentado. Sus ojos, ahora grandes y expresivos, recorrían cada centímetro de su reflejo. Este cuerpo… este cuerpo perfecto, pensó, sintiendo cómo su pulso se aceleraba solo con la idea de poseerlo.

—No puedo parar —susurró, su voz dulce y temblorosa. Sus manos, ahora delicadas y suaves, se deslizaron por su cuello, sintiendo la suavidad de su piel. Era increíble cómo cada toque, cada roce, le producía una reacción tan intensa.

Se miró a los ojos en el espejo, y una sonrisa perversa se dibujó en sus labios. ¿Qué más puedo hacer? , se preguntó, sintiendo cómo su mente comenzaba a divagar hacia nuevos territorios de placer.

Decidida, Valeriano se quitó la blusa que llevaba, dejando al descubierto sus pechos, firmes y perfectos. Sus manos se posaron sobre ellos, y una oleada de placer la recorrió al sentir cómo sus pezones se endurecían bajo sus dedos.

—Joder… —murmuró, inclinándose ligeramente hacia adelante para observar mejor su reflejo. Sus dedos comenzaron a juguetear con sus pezones, masajeándolos, tirándolos suavemente, sintiendo cómo el placer se acumulaba en su vientre.

Y entonces, como si fuera una fuerza imparable, Valeriano se dejó llevar. Una de sus manos descendió por su vientre hasta llegar a su entrepierna, donde la humedad ya era evidente.

—Aquí es donde manda todo, ¿no? —musitó, sintiendo cómo su cuerpo respondía al más mínimo roce.

Con un movimiento lento pero decidido, introdujo un dedo en su interior, sintiendo cómo su cuerpo lo envolvía en una cálida humedad. Dios, esto es increíble, pensó, mientras su respiración se volvía más acelerada.

Miró al espejo mientras continuaba, viendo cómo su rostro se contorsionaba en expresiones de placer. Sus dedos se movían con más rapidez ahora, explorando, experimentando, buscando ese punto que lo llevaría al éxtasis.

—¡Más… más…! —gimió, sintiendo cómo el calor se acumulaba en su vientre.

Y entonces, como si supiera exactamente lo que necesitaba, Valeriano introdujo un segundo dedo, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía al ser penetrado más profundamente.

El placer era abrumador. Su mente se nublaba, y solo podía pensar en una cosa: quiero más… necesito más.

De repente, su mirada cayó sobre un objeto en la habitación. Un vibrador que había encontrado dentro de un cajón. ¿Por qué no?, pensó, sintiendo cómo su pulso se aceleraba solo con la idea.

Con movimientos rápidos pero torpes, debido a la excitación que la embargaba, Valeriano se acercó al vibrador y lo encendió. La vibración era suave pero constante, y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentirla en sus dedos.

—Qué bien se siente… —susurró, mientras llevaba el vibrador a su entrepierna.

El primer contacto fue electrizante. El dispositivo se posó sobre su clítoris, y Valeriano no pudo evitar dejar escapar un gemido. Dios mío, esto es increíble, pensó, sintiendo cómo su cuerpo respondía de manera explosiva al estímulo.

Con un movimiento lento pero decidido, comenzó a mover el vibrador en círculos sobre su clítoris, sintiendo cómo el placer se intensificaba con cada segundo que pasaba.

—¡Oh, sí… sí…! —gimió, inclinándose hacia adelante para apoyar una mano en la pared.

Su cuerpo temblaba al ritmo de las vibraciones, y su respiración se volvía más agitada. Estoy tan cerca…, pensó, sintiendo cómo el calor se acumulaba en su vientre.

Y entonces, como si fuera una explosión, el orgasmo la golpeó con toda su fuerza. Su cuerpo se sacudió, y un grito ahogado escapó de sus labios. El placer era tan intenso que sus piernas comenzaron a temblar, obligándola a apoyarse completamente en la pared para no caer.


Despues de aquellas sensaciones y sin interes en estar en un mugroso celulari ni siquiera había intentado volver a entrar a Tinder. ¿Para qué? Lo que quería ya lo tenía.
No entendía bien cómo había pasado. No recordaba detalles. Pero el mensaje en pantalla se lo había dejado claro, aunque las palabras le sonaban más técnicas que otra cosa:

“Intercambio confirmado. Eres el usuario oficial del cuerpo: Liza B. El proceso es permanente.”

Él sonrió, sin darle demasiada importancia al contenido mientras respiraba agitado aun con los “remanentes” del orgasmo ensima. Lo leyó como si fuera una felicitación automática. Dejó el teléfono cargando y se fue a caminar, sintiendo el peso liviano de su nuevo cuerpo, su paso suave y seguro, sin rastros de su vida anterior.

La ciudad vibraba con su ritmo habitual: cafés abiertos, pasos apurados, risas ahogadas por el sonido del tráfico. “Liza” —o al menos quien llevaba su piel, su estampa, su andar juvenil— caminaba con torpeza calmada, descubriendo nuevos rincones, esquinas que jamás había pisado. Valeriano no sabía adónde iba, solo dejaba que los pies lo llevaran.

Fue entonces cuando escuchó su nombre:

—¡¿Liza?! ¡Qué milagro verte en persona!

Valeriano parpadeó. Se giró lentamente. Frente a él estaba una joven de cabello teñido y gafas anchas, vestida como alguien que vive de su creatividad. No la reconocía, pero imitó una sonrisa.

—¡Hola…! —respondió con una voz que, aunque suya ahora, todavía le parecía prestada.

La chica se acercó, efusiva.

—Justo hablaba de ti, es que te juro que alguien me escribió diciendo que ella era Liza… ¡pero era un tipo mayor! La historia más ridícula que he oído. Dijo que te había regalado tu cuerpo. ¿Puedes creerlo?

La chica soltó una carcajada y Valeriano, después de un breve silencio incómodo, se sumó con una risa torpe pero sincera. No por entender del todo la situación, sino porque algo en su interior se sintió afirmado. Validado.

—Qué cosas, ¿no? —dijo él, bajando un poco la mirada, como si jugara a ser tímida—. Hay gente muy loca allá afuera.

—¡Y tú que ni apareces en redes! Pensé que habías desaparecido. ¿Todo bien?

Valeriano asintió con entusiasmo suave.

—Sí… mejor que nunca.

Y era cierto. No entendía del todo su entorno, no usaba las apps, ignoraba el canal y los compromisos de Liza. Pero eso no importaba. En su interior, algo se sentía cómodo, como un gato viejo que por fin había encontrado un rincón cálido. Era su vida ahora. Su cuerpo. Su mundo.

La amiga lo abrazó con fuerza. Y él, sin saber bien cómo devolver el gesto, se dejó envolver.
Mientras ella seguía hablando y riendo, Valeriano solo pensaba: que bueno que nadie le creyó a ese viejo.