Un viernes de locos otra perspectiva

 Esta historia es una comision que se me salio de las manos, originalmente iba a ser una sola historia pero decidi extenderla a 3 partes pues al final fueron casi 20 hojas de contenido, Aviso que la persona que me la comisiono me pidio que la historia fuera pervertida y bueno al cliente lo que pida aun asi no mentire que fue extraño y excitante escribir esta historia alterna de una pelicula tan importante para el mundo del tg y bueno sin mas que decir les dejo la primera parte de 3 de esta historia de un viernes de locos, disfruten y espero les guste.

El restaurante chino estaba decorado con faroles rojos y dorados, y el aroma a comida especiada flotaba en el aire. La familia estaba sentada en una mesa redonda en el centro del lugar: Tess, su prometido Ryan, el abuelo de Anna y Harry. Anna estaba sentada con los brazos cruzados, visiblemente molesta, mientras Harry jugaba con los palillos, golpeando el borde de su vaso de agua.

—¿Puedes parar con eso? —Anna lo miró con irritación.

Harry hizo una mueca y golpeó el vaso una vez más solo para molestarla.

—Harry —dijo Tess con el tono cansado de una madre al borde del colapso—. Basta.

Anna giró los ojos y miró hacia otro lado, cruzando las piernas con actitud defensiva. La tensión era palpable desde que había comenzado la cena. La conversación incómoda sobre la boda de Tess con Ryan había desencadenado una discusión entre Anna y su madre justo antes de entrar al restaurante, y el mal humor de Anna no se había desvanecido de hecho ella estaba mas molesta ahora pues sabia que no tendria oportunidad de ir a la audificion pues su madre era una cerrada.

Una mesera anciana apareció junto a la mesa con una bandeja de madera y colocó cuidadosamente dos galletas de la suerte doradas en el centro de la mesa.

—Con los mejores deseos para ustedes y su familia —dijo la mesera con una sonrisa amable antes de retirarse.

Tess tomó una de las galletas y se la ofreció a Anna.

—Vamos, ábrela.

Anna le lanzó una mirada seca casi de desprecio. —No gracias.

Tess suspiró y guardó la galleta en su bolso. En ese momento, Anna se levantó bruscamente de la mesa.

—Voy al baño.

Tess la miró irse con frustración, pero no dijo nada. Ryan le puso una mano en el brazo para calmarla.

Harry, aburrido, tomó una de las galletas y la abrió sin pensarlo demasiado. Sacó el pequeño papel doblado de su interior y lo leyó en voz alta:

"Cuando el reflejo revele la verdad, el destino tomará su curso."

Harry arrugó la frente. —¿Qué se supone que significa eso?

Tess, distraída, sacó la galleta que había guardado y la dejó sobre la mesa.

—No lo sé. Es solo una galleta de la suerte.

Harry se encogió de hombros y se metió la galleta en la boca. Justo en ese momento, Anna regresó del baño. Con una mueca de fastidio, tomó la galleta que Tess había dejado y la abrió de mala gana.

—Por Dios… —murmuró Anna mientras desplegaba el papel y leía: "Cuando el reflejo revele la verdad, el destino tomará su curso."

—Vaya originalidad —dijo con sarcasmo, y dejó el papel sobre la mesa. También se metió la galleta en la boca y se dejó caer en la silla con una expresión de desdén.

La cena continuó sin más incidentes, pero al regresar a casa y al irse a dormir esa noche, algo en el aire se sintió… extraño.

El resto de la tarde transcurrió de manera típica en la casa de los Coleman. Harry, como siempre, fue molesto mas ahora que sus primos estaban de visita.Con sus complices haciendo travesuras se metió en la habitación de Anna mientras ella trataba de practicar con su banda en el garage.

Harry y los chicos estaban hurgando las cosas de anna, pero habia ciertos comportamientos algo extraños de parte de harry, el ya estaba en la edad de ser un precoz y de hecho eso se podia ver cuando harry tomo uno de los sostenes de anna y sin venir mucho a cuenta lo olio, lo comenzo a “notar mas” y se vio interesado en el, de hecho una imagen en su cabeza se formo con su hermana como “fantasia” el sabia que eso estaba mal, de hecho tan pronto como uno de sus primo parecio notarlo y le pregunto que hacia el disimulo y empezo a usarlo como una burla, pero ya sentia algo extraño en su ser, como un cosquilleo algo placentero.

Tambien sin venir mucho a cuenta harry tomo el diario de anna y comenzo a leer un poco, fue cuando esa cosquillita se convirtio en algo mas algo que no podia explicar, pero todo se vio interrumpido cuando anna entro en su habitacion molesta por lo que miraba

—¡Sal de aquí, Harry! —gritó Anna, ,muy molesta de que unos mocosos jugaran con sus cosas, Harry aun siendo molesto pero sintiendose confundido tomo una de sus pulseras y se la ponía en la muñeca.

—Solo estoy viendo —dijo Harry con una sonrisa traviesa, girando sobre sus talones mientras examinaba la habitación. Sus ojos se posaron en el armario de Anna, lleno de ropa ordenada, colorida y extrañamente atrayente “.

—¡Harry, te lo advierto! —Anna entro a la habitacion aun mas molesta pero antes de que pudiera capturar a uno de los mocosos todos salieron corriendo de la habitación antes de que pudieran atraparlos.

Anna los persiguio y cuando intento cerrar la puerta se dio cuenta que ya no tenia puerta en su cuarto resopló y molesta comenzo a hacer un berrinche mientras se tiraba en la cama justo cuando sus amigas entraban por la puerta.

—Oye que te pasa, calmate recuerda que necesitamos que tu mama nos de permiso para ir a la audicion ademas¿Estás lista para la audición? deberias seguir practicando —preguntó Maddie, acomodándose en el borde de la cama.

—Ni de cerca —respondió Anna, recostándose sobre las almohadas.

—Tranquila, va a salir increíble —dijo Peg, sonriendo.

Anna forzó una sonrisa, pero en el fondo sentía que algo estaba mal. La presión de la audición, la tensión con su madre por la boda… todo se acumulaba en su cabeza. Pero lo dejó pasar y siguió practicando con sus amigas hasta bien entrada la tarde.

Cuando la noche llegó, la casa estaba tranquila. Anna dormía profundamente en su cama, el cabello extendido sobre la almohada, respirando suavemente. Harry, en su propia habitación, también dormía tranquilo, abrazado a una vieja almohada.

Y entonces… sucedió.

Una brisa inexplicable recorrió la casa, moviendo las cortinas y haciendo que la luz de la luna pareciera titilar en las paredes. Del cuerpo de Anna, una forma etérea y transparente comenzó a elevarse, flotando hacia el techo como si fuera una bruma dorada. Del cuerpo de Harry, surgió otra figura translúcida, más pequeña pero igualmente radiante.

Ambos espíritus flotaron en el aire, iluminando la habitación con una tenue luz plateada. Sus formas parecían danzar entre sí en un ballet hipnótico, girando suavemente, acercándose y alejándose como si fueran atraídos por una fuerza invisible. Las luces de la luna intensificaron el resplandor en el aire.

De repente, las figuras flotaron una hacia la otra, y con un destello cegador de luz dorada, se fundieron e intercambiaron de lugar. El espíritu de Harry descendió suavemente hacia el cuerpo de Anna, encajando como una llave en una cerradura perfecta. El espíritu de Anna fue absorbido hacia el cuerpo de Harry con la misma facilidad.

El resplandor se disipó y la casa volvió a quedar en calma. Anna (en el cuerpo de Harry) frunció el ceño ligeramente en su sueño, mientras Harry (en el cuerpo de Anna) sonrió levemente entre sueños, como si algo hermoso acabara de suceder.

El hechizo estaba completo. El destino había tomado su curso.

Harry abrió los ojos lentamente cuando la luz del sol entró por las cortinas de la habitación de Anna. La primera sensación fue extraña… su cuerpo se sentía diferente. Más ligero. Más… largo.

Se sentó lentamente en la cama, frotándose los ojos con delicadeza. Su cabello cayó sobre su rostro y lo hizo detenerse. Harry apartó un mechón rubio de su cara, frunciendo el ceño. Su respiración se volvió más rápida cuando bajó la mirada y vio que llevaba la roba de Anna Ademas mirando mejor pudo ver las hermosas piernas de Anna en su pijama, sin contar los senos de anna que remcarban en la camiseta negra que usaba para dormir . Harry un no sabia bien lo que pasaba pero lo que realmente lo desconcertó fue lo que había debajo de la camiseta.

Llevó una mano temblorosa hacia su pecho y sintió las curvas suaves bajo el tejido de la tela. Abrió mucho los ojos, pero no gritó. Simplemente se quedó inmóvil, en shock pues un placer muy “rico” atraveso todo su cuerpo con tan solo aquel pequeño toque. Lentamente, miró hacia abajo y vio mejor las piernas largas y suaves que ahora tenia, los muslos perfectos que se remarcaban en la pijama.

—¿Qué…? —susurró.

Con el corazón latiéndole a mil por hora, se levantó y corrió hacia el espejo de cuerpo completo al otro lado de la habitación. Frente a él, reflejada en el cristal, estaba Anna. La misma cara hermosa, el cabello rubio despeinado cayendo sobre sus hombros, los labios rosados entreabiertos en una expresión de asombro.

Harry levantó una mano notando lo delicadas que eran, ademas de las uñas pintadas de negro que anna siempre llevaba ademas púdo ver la figura de Anna en el espejo que hizo lo mismo que el hacia. Se tocó el rostro con delicadeza, sintiendo la piel suave y la estructura delicada de los pómulos. Dio un paso atrás, respirando entrecortadamente Luego miró el resto de su cuerpo reflejado: la camiseta se ajustaba perfectamente a la silueta de Anna, las caderas bien definidas, las piernas largas y tonificadas.

—No puede ser… —susurró.

Se acercó de nuevo al espejo, esta vez fijándose en cada detalle. Parpadeó y pasó una mano por el cabello de Anna, sintiendo la suavidad de cada hebra rubia entre sus dedos. Luego bajó la mirada hacia el escote que apenas asomaba bajo la camiseta.

—Oh, Dios… —dijo en voz baja.

Se dio la vuelta, alejándose del espejo. Su respiración seguía acelerada, pero tras el shock inicial empezó a sentir algo más… una extraña emoción mezclada con curiosidad. Llevó las manos a las caderas y las movió ligeramente, notando la forma en que su nuevo cuerpo respondía al movimiento. 

Su mano bajó hasta su cintura, donde notó las caderas más anchas, más curvadas. Se giró un poco para ver su trasero en el espejo y su boca se abrió en una expresión de asombro. Es tan... redondo. Tan... atractivo. Se tocó las nalgas con ambas manos, apretándolas suavemente, sintiendo la carne firme pero suave.

Se deslizó las manos por el costado de las caderas, sintiendo cada curva, cada detalle de este cuerpo. Bajó más, hasta llegar entre sus piernas, donde la sensación de calor se intensificó. Agarró suavemente sus nalgas con una mano, mientras la otra exploraba más abajo, tocándose entre las piernas donde una extraña sensacion similar a la “cosquilla” del dia anterior empezaba a emanar.

“Estoy... mojada”.Dijo harry sorprendido La sensación era embriagante. Nunca había sentido algo así en su propio cuerpo lo cual era obvio el apenas entraba en ese mundo del placer. Pero aquí, en el cuerpo de Anna, era como si cada toque lo llevara más allá de lo que había conocido. Se tocó con más determinación, buscando esa sensación que lo hacía temblar.

Se sentó en el borde de la cama, dejando que las manos delicadas y finas de su nuevo cuerpo exploraran libremente. Los pechos, el estómago, las caderas, las nalgas... todo era nuevo, todo era excitante. Se acostó en la cama, abriendo un poco las piernas, y continuó tocándose, sintiendo cómo el calor se acumulaba en su entrepierna en una sensacion nueva y extraña para el.

Cada movimiento de sus dedos era una revelación, un descubrimiento de placeres que nunca había imaginado. Sus gemidos intentaban salir pero harry los ahogaba sintiendo pena y miedo de ser descubierto, mientras su cuerpo se tensaba, acercándose a algo que no podía nombrar pero que deseaba con toda su alma.

"Anna...", murmuró entre los gemidos ahogados, como si su hermana pudiera escucharlo, como si pudiera entender lo que estaba sintiendo. Pero no era Anna. Era él. Y en ese momento, en ese cuerpo, no había nada más importante que seguir explorando, seguir sintiendo, seguir descubriendo...

Sus dedos se movieron más rápido, más fuerte, y el placer se intensificó hasta que ya no pudo soportarlo más. Su cuerpo se arqueó, los músculos se tensaron, y un grito ahogado intento escapar de sus labios mientras una ola de placer lo envolvió por completo.

Quedó tumbado en la cama, jadeando, sintiendo cada rincón de su nuevo cuerpo vibrar con la intensidad de lo que acababa de experimentar

Emocionado y excitado se levanto y Caminó hacia el armario de Anna deslizó la puerta corrediza encontrandose con la ropa algo desordenada pero aun asi aquel paraiso que miro el dia anterior estaba frente a él: faldas, vestidos, blusas, pantalones cortos, y al fondo, una fila de zapatos de tacón ademas de converse botas y demas, comenzo a explorar todos los cajones, notando la ropa interior, los calcetines, los pantalones que anna siempre usaba ademas de prendas de tiempo atras como vestidos y demas.

Harry sonrió levemente.

—Esto… podría ser interesante

Aun asi harry con los sentimientos encontrados penso en su antiguo cuerpo? si el estaba dentro del cuerpo de anna donde estaba ella? acaso esto era un sueño? claro que no todo aquello que habia hecho antes que aun lo tenia temblando de la excitacion asi que aquello era real, por lo que la curiosidad de ver su antiguo cuerpo para corroborar todo aquello surgio y fue mas fuerte que su deseo de seguir explorando las cosas de anna inpunemente

Harry sintió el frío del suelo de madera bajo sus pies descalzos mientras caminaba lentamente por el pasillo. Cada paso era una experiencia extraña: sus piernas largas y suaves respondían de manera diferente, sus caderas se movían con un ligero vaivén que no había previsto, y el roce de su cabello sobre los hombros le resultaba completamente ajeno.

Se miró las manos mientras caminaba. Eran delicadas, con las uñas bien cuidadas y pintadas de negro. Incluso la forma en que sus brazos se balanceaban a los lados mientras avanzaba se sentía diferente, más grácil, más… femenina pór no mencionar los roses que estos tenian sobre sus senos con cada paso.

Llegó hasta la puerta de su antigua habitación y la abrió lentamente. La luz de la mañana iluminaba el interior. Ahí, sobre la cama, estaba su cuerpo.

Su propio cuerpo.

Harry (o mejor dicho, Anna en el cuerpo de Harry) dormía plácidamente, respirando suavemente con el rostro relajado. La manta estaba ligeramente enrollada a sus pies, dejando ver las piernas delgadas y los brazos desordenados sobre la cama.

Harry dio un paso hacia adelante, sin apartar la mirada de su cuerpo. La sensación de verse a sí mismo desde afuera era desconcertante. Sabía que debía entrar en pánico, pero en lugar de eso, solo sentía una mezcla de asombro y fascinación.

Se acercó lentamente hasta quedar al lado de la cama. Se agachó y miró de cerca su propio rostro dormido. Extendió una mano y rozó suavemente la mejilla de su cuerpo real con los dedos. La piel se sintió cálida, familiar, pero al mismo tiempo extraña.

—¿Esto está pasando de verdad? —susurró.

Se puso de pie de nuevo, pasando las manos por el cabello de Anna (ahora su cabello). Giró la cabeza hacia el espejo que había en su habitación. La figura de Anna le devolvió la mirada: alta, delgada, con el cabello dorado cayendo en cascada sobre los hombros y los ojos grandes y expresivos reflejando una mezcla de sorpresa y curiosidad.

Harry dio un paso atrás, respirando profundamente. Su pecho subió y bajó de una manera que lo hizo notar, una vez más, las curvas de su nuevo cuerpo. La forma en que se movía, la manera en que su cintura se arqueaba naturalmente al respirar, todo era nuevo.

Volvió la mirada hacia la cama, hacia su cuerpo real. Anna (en el cuerpo de Harry) frunció el ceño ligeramente en sueños, murmurando algo ininteligible.

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